jueves, 24 de marzo de 2011

Frustradón
Obama declara fracaso
Estado (de ánimo) fallido
IFE, consejería Televisa
 
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ACUERDO POR EL AGUA. Los gobernadores César Duarte, de Chihuahua; Javier Duarte, de Veracruz, Rodrígo Medina, de Nuevo León; Carlos Lozano, de Aguascalientes, y Egidio Torre, de Tamaulipas, durante la ceremonia de Acuerdo por el Agua 2030, encabezada ayer por el presidente Felipe Calderón en el Cárcamo de ChapultepecFoto Cristina Rodríguez
 
No había recibido hasta ahora Felipe Calderón un golpe tan devastador co-mo el que por partida doble le asestó este martes Barack Obama a través de CNN. Con matices, pero el presidente de Estados Unidos calificó a su presunto aliado mexicano como un personaje frustrado a causa de la derrota que está sufriendo en su guerra contra el narcotráfico. El dato mayor es que, a juicio del estadunidense, en México los cárteles de las drogas se han fortalecido, lo que sin duda alguna es una declaratoria de fracaso del comandante Calderón, que ya va para los 40 mil muertos y tiene el país deshecho a cuenta de un empecinamiento bélico que, a ojos del gerente político del país centralmente consumidor, no ha producido decaimiento o merma en los entes productores e introductores de la mercancía estupefaciente sino, por el contrario, su robustecimiento: los narcos que vos matáis, gozan de buena salud.

 Pero, además de esa desacreditación rotunda, Obama emitió un preocupante diagnóstico relacionado con la salud mental o, cuando menos, con los ánimos con que un hombre público ha de emprender diariamente sus tareas y confrontar los problemas correspondientes a su función: frustrado, es decir, insatisfecho, malogrado, fallido, es como se sentiría el panista michoacano ante los resultados de la cruzada sangrienta que torpemente ha conducido a lo largo del país. La referencia a esos decaimientos de espíritu (y sus contrapartes, los arrebatos combustibles) ha estado en algunas de las indagaciones que la Casa Blanca ha encargado a sus agentes en México, deseosos los espías extranjeros de conocer la mejor forma de explotar a favor de sus intereses las intemperancias del licenciado Calderón.

Los dardos obámicos se inscriben en un momento incierto de las relaciones entre México y Estados Unidos. Despechado (es decir, frustrado) porque el embajador de la nación vecina informaba a su matriz lo que pensaba que convenía a los intereses de quien lo había nombrado diplomático interventor, el ocupante de Los Pinos desató una campaña de desgaste y repudio a Carlos Pascual, pasando por las relaciones personales de éste con una dama cuyo padre es de acentuada militancia priísta, específicamente salinista, y llegando a la insólita circunstancia de pedir al jefe del embajador que lo retirara, pues su trabajo era indeseado, casi nulo, a juicio del político mexicano citado a comparecer ante la superioridad a causa del asesinato de un agente en San Luis Potosí.

Tan descompuesto se ha visto el ánimo del citado Calderón, pretendiendo reducir a lo personal lo que a fin de cuentas es un asunto institucional, que en el radar de lo increíble ha aparecido Vicente Fox hablando casi como estadista si se le contrasta con los berrinches felipillos; no solamente insiste el filósofo de San Cristóbal Ranch en la desproporción y el inevitable fracaso de la dizque guerra contra el narcotráfico, sino incluso menciona que lo dicho o escrito por el embajador Pascual no está alejado de la realidad. En tales escenarios revueltos corre incluso la versión de que Washington podría tardarse meses en designar sustituto de Pascual, el embajador dimitente que, sin embargo, sigue trabajando en el Paseo de la Reforma del Distrito Federal, con un subordinado como encargado del despacho, justamente el redactor y responsable de varios de los cables cuyo contenido, dado a conocer por Wikileaks mediante La Jornada en varios casos, fue el causante del enredo en las alturas que ha dejado a Calderón frustrado y con el sello imperial en la frente de haber fracasado en su sangrienta guerra contra el narcotráfico, por la cual aún le esperan otros terribles juicios, históricos cuando menos.

Astillas

Jesús Zambrano ha dejado su curul para dedicarse plenamente a la presidencia del PRD. Su primera aduana está en el estado de México, con la consulta dominical para decidir sobre alianzas con el PAN. Para una siguiente etapa, Chucho 2 ha llamado a López Obrador a construir la unidad de la izquierda juntos y conseguir que haya un solo candidato de esa formación... Luis Felipe Bravo Mena, por su parte, convoca a blindar la mencionada encuesta contra las acometidas peñanietistas que, según dice, pretenderán adulterar los resultados para impedir la alianza, aunque en realidad ese blindaje debió establecerse desde la convocatoria, que abre la puerta a que cualquier ciudadano pueda votar para decidir el curso del PAN y el PRD en el estado de México... El PRI, por su parte, ha presentado su alianza sin consulta, engarzando al tricolor al Verde Dólar Ecologista y al NuElba Alianza, conocido éste como Panal. En la instalación de la alianza formada alrededor del candidato que Peña Nieto designe, Kid Moreira se hizo acompañar ni más ni menos que por el Niño Verde, Jorge Emilio González, y el ex boxeador conocido como Jorge Kahwagi. No se informó si el acto aquí reseñado era para inducir o para espantar el voto... Y, para completar el cuadro mexiquense, los obispos de las 11 diócesis de la entidad han llamado a votar en las próximas elecciones, el 3 de julio. El distinguido Onésimo Cepeda no dijo que por sus cuates del PRI ni nada por el estilo... Vuelta al lugar del crimen (¿por repetir?): el IFE recibió el pasado 21 a los titulares de los tres poderes de la Unión, entre ellos al ocupante del Ejecutivo, al que maniobras varias de ese IFE le permitieron hacerse del cargo hasta ahora tan impugnado. Confortado por tales presencias, el gerente del instituto, Leonardo Valdés Zurita, se botó la puntada de decir que así quedaba conjurado el fantasma de 2006. Por su parte, el visitante Calderón exhortó a que ya se nombre a los titulares de las tres consejerías (que desde hace largo rato están vacías porque los principales partidos no se ponen de acuerdo en los términos del reparto de ese botín). Según eso, tan augusta incitación ha movilizado de nuevo las maquinarias partidistas, que se aprestan a impulsar la misma historia, comenzando por el aferramiento a que Televisa cuente con un asiento en el IFE, que ocuparía Arely Gómez González... ¡Hasta mañana!

miércoles, 23 de marzo de 2011

Tropiezos de Peña Nieto
Desmemoria, injusticia y alianzas
Del Mazo, Huixquilucan, narco
Encinas, en la recta final
Julio Hernández López
 
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ATAQUE EN JALISCO. El agente de la Policía Ministerial federal Juan Rafael Villalobos Mora resultó herido, al igual que uno de sus hermanos, mientras que una persona murió, luego de ser atacados en el estacionamiento de un restaurante en la carretera a Zapotlanejo. Según declaraciones de los heridos esperaban la apertura del restaurante, en el que comerían después de haber hecho una diligencia en el penal de Puente Grande, a donde llevaron a un reoFoto Notimex
 
Sin libretos, cámaras y micrófonos finamente arreglados mediante publicidad desbordante para garantizarle lucimientos cómodos, Enrique Peña Nieto se tropieza casi por sistema y acaba mostrando con extraordinaria nitidez sus limitaciones políticas, a veces cayendo a niveles tan primarios que causa preocupación a los manejadores de su precampaña presidencial que entre sus previsiones fundadas tienen la de esperar una feroz acometida mediática y política contra el puntero en las encuestas y aparente candidato tricolor imparable.

Uno de sus mayores éxitos en cuanto a visitas en Internet es el video en que el periodista Jorge Ramos le pregunta, para Univisión, el nombre de la enfermedad o mal que llevó a su primera esposa a la muerte, ante lo cual el gobernador del estado de México parece turbarse o inquietarse o, cuando menos, enredarse y olvidar la denominación formal de lo que era de suponerse habría de recordar sin problema. Otro punto alto de su expediente negativo está en el caso de la niña Paulette Gebara que un año atrás murió de una extraña manera que, sin embargo, terminó oficialmente consignada como resultado de extraños ocultamientos infantiles en un minúsculo hueco de una cama, lo que generó a escala nacional una extendida incredulidad sobre el resultado judicial y sobre la eficacia gubernamental.

En el terreno netamente partidista y electoral, Peña Nieto tampoco ha exhibido sapiencia ni buenos resultados. Hizo que uno de sus funcionarios firmara, cual primerizo, los acuerdos de Bucareli con Fernando Gómez-Mont que canjearon votos priístas en San Lázaro por abstención panista de participar en las alianzas con el PRD que actualmente van viento en popa, al menos desde el punto de vista del chuchismo y el calderonismo. Y ahora está por ejecutar la máxima suerte del priísta clásico: el dedazo para designar sucesor o, cuando menos, candidato oficial a la sucesión. Hasta ahora, ha pretendido circunscribir las posibilidades a un quinteto cercano a él, en algunos casos por razones familiares (como él lo es respecto a quien lo designó por dedazo, su tío Arturo Montiel, a quien protegió al máximo) o de pertenencia a una suerte de juniorismo estatal que, según las versiones mayoritarias en curso, podría llevar a la selección de Alfredo del Mazo Maza, presidente municipal de Huixquilucan, la demarcación conurbada con el Distrito Federal donde han tenido asiento e impunidad varios jefes nacionales del narcotráfico (unos pocos de ellos, detenidos por fuerzas federales) y donde el poder económico torció con escándalo el curso judicial del asunto de la niña Gebara.

Ayer, sin embargo, asomó una pequeña piedra en el zapato de candidatura única con el que Peña Nieto pretende resolver la contienda priísta local. La presidenta municipal de Naucalpan, Otilia María Azucena Olivares Villagómez, anunció que pretende anotarse como aspirante a la candidatura tricolor en el estado de México. Desde luego, puede ser una jugada de primaria para conseguir ganancias futuras en negociaciones que hoy la convenzan de someterse a la línea única que pretende imponer el precandidato a la Presidencia. Y, en caso de sostenerse en su postulación, la alcaldesa podría ser legalmente hecha a un lado mediante el artilugio de las alianzas con otros partidos que, por tales circunstancias especiales, permiten desdeñar pretensiones internas de militantes de cada organización.

Pero justamente de una condición azarosa de ese tipo, de distanciamientos, malos entendidos, despechos y renuncias en el PRI, se constituye una de las extrañas vertientes con que el PRD y el PAN sostienen su cada vez más forzada intención de aliarse en aquella entidad (en particular, se habla de las posibilidades de Humberto Lira Mora o Mauricio Valdez, sin que parezcan haber avanzado las exploraciones con ellos). Carentes de cuadros de primer nivel (que parecieran naturalmente encaminados a una candidatura aliada), las dirigencias panista y perredista esperan con avidez el surgimiento de una fractura en la clase priísta mexiquense que les permita hilvanar a botepronto una postulación con mejores perspectivas de triunfo que las que hoy les dan, a los blanquiazules, el yunquista Luis Felipe Bravo Mena o el políticamente lánguido senador Ulises Ramírez, y a los del sol azteca... nadie, en realidad, pues salvo Alejandro Encinas, que no acepta ir en alianza con el PAN, no hay ninguna figura viable (y, en un descuido, ni el propio Encinas, cuya eventual postulación, ya fuera solamente por el PRD o, en arreglos de última hora, por el PT y Convergencia, aún tiene en su itinerario una cita con el poder electoral para definir las objeciones legales a su presunta residencia en el estado de México).

Sin embargo, en esa apuesta a la nada, en ese afán por ganar a nombre de otros lo que se pierde con los propios, la nueva dirigencia del PRD (que en esencia es la misma: Chucho uno, Chucho el otro) se empecina en sostener el compromiso de explorar este domingo, en una encuesta con grandes riesgos de distorsión, las posibilidades de aliarse con el PAN. Va porque va, dijo ayer el siguiente Chucho, Zambrano de apellido, con un aire ejecutivo que ciertamente demuestra que se sabe cumplir con obligaciones contraídas aunque se pierda en ello la posibilidad de reconstitución interna y la recuperación de una opción de triunfo real de la izquierda, si finalmente se abriera el camino a Encinas bajo banderas solamente izquierdistas o paraizquierdistas, pero no blancas y azules. El tiempo de las definiciones ha llegado así a un Encinas que ha podido sobrevivir a presiones internas, tentaciones externas y un zigzagueo táctico que parecería necesario a la luz de las circunstancias. No va con el PAN, pero tampoco iría sin el PRD, ha dicho. Ahora se sabrá si irá con el lopezobradorismo moreno, y se fortalece como uno de los liderazgos más importantes de ese movimiento necesitado de cuadros fuertes (aun cuando perdiera los comicios estatales, o le negaran el registro), o se queda en el camino. ¡Hasta mañana!

martes, 22 de marzo de 2011

Judo marcelista
Sostener a los Chuchos
Cortoplacismo electoral
¿Ganó FC en el caso Pascual?
 
El PRD ha sido despojado de viabilidad institucional. A pesar de la grave crisis tan anunciada y por todos tan sabida, los grupos concurrentes a la definición de su futuro mediato e inmediato han preferido sostener los esquemas dañinos y simular un arreglo de corto plazo que en realidad es una confesión de meros atrincheramientos previos a lo electoral, sin grandeza de miras ni expectativas sensatas de mejoría: un PRD apenas concebido para pelear lo que viene, las candidaturas de 2012, el reparto de cartas, la continuidad del negocio de la izquierda como mercancía.

Marcelo Ebrard pretende aparecer como el gran estratega de un presunto rescate partidista, pero la realidad aplasta de inmediato esos aires pretenciosos. El jefe del gobierno capitalino apuntaló el predominio del chuchismo y, con ello, la expectativa de las alianzas con el PAN. Ése es el dato mayor y lo demás son accesorios. Para conseguir tal triunfo de los Chuchos y las alianzas con el PAN, Ebrard hubo de utilizar como presunta pieza de combate a un diputado federal guerrerense con el que aparentó pelear por la secretaría general del comité nacional del sol azteca (posición que tuvo Ebrard en la bolsa, tan sólo con sumar sus votos, aceleradamente conseguidos en la subasta del día, a Jesús Zambrano).

El discípulo de Manuel Camacho usó y tiró a Armando Ríos Piter para dar paso a Dolores Padierna y así, en un judo de cintas negras y amarillas, aprovechar el empuje de la mencionada candidata, y del bejaranismo en general, para convalidar e instalar a Zambrano (es decir, a los Chuchos; es decir, a las alianzas con el PAN). Al diputado bailarín, conocido como El jaguar de la costa, ahora pretenden conseguirle un premio de consolación, una vicepresidencia de la cámara de diputados o cualquier otro cargo que mucho será para quien solamente tiene como mérito para esas promociones el haberse prestado como candidato desechable de la maniobra del marcelismo-camachismo para mantener a los Chuchos en la gerencia del mencionado partido.

Dolores Padierna de inmediato ha asumido su rol grupal más que institucional. Representa una corriente partidista muy definida y no le interesa compartir posiciones con su compañero de fórmula, de tal manera que se está en presencia de un espectáculo de disparidades anunciadas que ni siquiera escenificaron a tan temprana hora otros dirigentes confrontados, Roberto Madrazo y Elba Esther Gordillo, en posiciones similares en el PRI. La nueva secretaria general tiene junto a ella a un político en busca de una improbable redención pública, su esposo René Bejarano, que ha quedado marcado por el episodio de los dineros recibidos de Carlos Ahumada. Por otro lado, Padierna se empeña en acreditarse políticamente como la representante extraoficial del lopezobradorismo en la lucha interna del PRD, su promotora y defensora.

En esas condiciones, el PRD ha quedado convertido en una agencia de procesamiento de pugnas entre dos bandos. Los Chuchos, Ebrard y las alianzas con el PAN, por un lado, y Padierna, Bejarano y el rechazo a las alianzas con el PAN por el otro. Inmediatismo sin esencia ni trascendencia. Politiquería cortoplacista.

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Felipe Calderón, al leer su discurso por el natalicio de Benito JuárezFoto Marco Peláez
Pasando a otro asunto, será posible hacer una valoración real de lo sucedido con Carlos Pascual cuando se conozcan el nombre, el perfil y los planes de trabajo del nuevo embajador gringo en México. Una primera lectura permite interpretaciones simples como la que en el calderonismo pretende convertir ese desenlace en épica victoria de Los Pinos, con un comandante Calderón que habría vencido escandalosamente a la gran potencia mundial y a su actual chofer designado, el viajero Obama. En ese primer acercamiento es evidente que el factor Wikileaks habría sido fundamental, al mostrar las verdaderas interpretaciones que del desastre felipesco tendría el interventor en jefe, generando el enojo extremo del político menor así desnudado.

Pero el festejo localista debería convertirse en funerario si acaso la caída del diplomático estadunidense hubiese sido negociada a cambio de cuando menos dos asuntos mayores, trascendentes, mucho más importantes que el nombre y apellidos del representante de un poder imperial que seguirá comportándose de similar manera con un personaje u otro acreditado en México. Es decir, terrible sería que el licenciado Felipe hubiese guardado silencio respecto a la rápida y furiosa introducción de armas para narcotraficantes y hubiese disfrazado de solicitud la incursión de aviones estadunidenses espías no tripulados a cambio de una revancha personal, de una venganza efímera, de un despido que en términos de poder real no significa mayor cosa.

El calderonismo ha guardado vergonzoso silencio e incluso ha exculpado a Washington como si hubiese estado esperando el pago convenido, como si tuviese que cumplir una parte condescendiente a cambio de que le quitaran al embajador incómodo. Ya se verá, pues, si la salida de Pascual fue una maniobra envenenada para dar al mexicano emberrinchado una presunta satisfacción que le será cobrada enviándole un embajador más intervencionista (el saliente adujo que se va de México para cuidar las relaciones binacionales, tachando a Calderón y adjudicándole una irresponsabilidad grave, dejando con astucia una cuenta más por cobrar al panista en quiebra). O si fue un canje leonino: cambiar un embajador para que México se calle en los casos de las armas y los aviones espías. O si, de verdad, Felipe se ha alzado con una victoria espectacular.

Y, mientras los partidos se pelean por Juanito, pues ninguno quiere quedarse con él (aunque el gran líder de la masonería priísta, Manuel Jiménez Guzmán, ya lo da por aceptado en el tricolor, pese a los gestos que le hace Humberto Moreira), ¡hasta mañana, en esta columna que escucha extasiada al degustador de presupuestos, Leonardo Valdez Zurita, consejero presidente del desgastado, incompleto y derrochador IFE, asegurar que ese organismo está en condiciones de conducir unas elecciones en 2012 en condiciones de equidad y con pleno apego a la legalidad!

lunes, 21 de marzo de 2011

Pleito por el cascarón
Morena primaveral
Chuchos, firmes
Padierna y Bejarano
 
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CÓNCLAVE. Carlos Payán, Víctor Flores Olea y Héctor Díaz Polanco, al finalizar el acto del Movimiento de Regeneración Nacional en el Auditorio Nacional de la ciudad de MéxicoFoto Santiago Salmerón
 
La presentación del Plan Alternativo de Nación del movimiento lopezobradorista que ahora se llama Morena tuvo una fuerza, en fondo y forma, que para desgracia de esa izquierda electoral no se reprodujo en otra pista de trabajo, la del Partido de la Revolución Democrática que ayer mismo dio otra exhibición grotesca de ambiciones y despropósitos en pos de un cascarón aún vendible a sobreprecio en el mercado 2012, pero cada vez más desprestigiado e ineficaz.

López Obrador presentaba en el Auditorio Nacional su propuesta de cambio ordenado y pacífico, reiterando líneas de los planteamientos presentados en 2006, dando énfasis a otros, como el retiro gradual del Ejército de la lucha contra el narcotráfico, y fijando postura en temas tan actuales como la apertura del campo televisivo a Carlos Slim y del telefónico a Emilio Azcárraga y Ricardo Salinas, mientras en esas mismas coordenadas geográficas, en un salón de exposiciones, y en hoteles del mismo Paseo de la Reforma, se realizaban agitadas sesiones de regateo y vendimia política en una especie de Bolsa Mexicana de la Izquierda que tenía como principales figuras operativas a Marcelo Ebrard, los archisabidos Chuchos y el dueto que nunca ha dejado de trabajar de manera conjunta pero cuya parte menos presentable decidió ahora reintegrarse al elenco principal perredista: Dolores Padierna y su partidistamente reaparecido esposo René Bejarano.

Ebrard asumió o quiso asumir el papel del fiel de la balanza que la liturgia del viejo priísmo adjudicaba a su hombre más poderoso (en aquellos tiempos de hegemonía tricolor, el presidente de la República y, en estos momentos de la precariedad negro y amarillo, el jefe del gobierno capitalino). Pero Marcelo quiso jugar al árbitro al mismo tiempo que fungía como director técnico de uno de los equipos en competencia, ciertamente el menos fuerte y defendible, casi se diría que pensado solamente para amagar, presionar y negociar, pues propuso y sostuvo a Armando Ríos Piter, un trashumante partidista que en el zedillismo fue colaborador de José Ángel Gurría en Hacienda, en el foxismo fue subsecretario de la Reforma Agraria y en Guerrero fue subsecretario de gobierno con René Juárez y en el zeferinismo ocupó la secretaría de desarrollo rural. A fin de cuentas, Ebrard usó al actual diputado federal perredista (conocido por su afición al baile popular y por el mote de El jaguar de la costa) para vender a los experimentadísimos tianguistas agrupados en la razón social Chuchos SA los votos suficientes para llevar a la presidencia del partido a otro Chucho, Zambrano, a cambio del segundo cargo, la secretaría general, no para el jaguar bailarín sacado de la manga, pero sí para Padierna, que en determinados momentos parecía encaminada a quedar fuera del aparato perredista de mando y con ello, presuntamente, el lopezobradorismo, que a pesar de haberse dado por temporalmente muerto en asuntos perredistas estaría atento al desarrollo de la elección del nuevo dirigente del sol azteca.

A la hora de cerrar esta columna continuaba el proceso de votación secreta en el consejo nacional del PRD (incluso con amenazas de violencia física). Todo apuntaba a que Jesús Zambrano sería el nuevo presidente y con ello el chuchismo y su estrategia de alianzas y colaboracionismo con Los Pinos parecía sostenerse, aunque un resolutivo pretendía establecer formalmente la prohibición de que en 2012 pudieran ir juntos el PRD y el PAN (otros resolutivos anteriores también pretendían cancelar posibilidades de alianzas que finalmente se dieron en 2010). La llegada de Padierna al segundo puesto, según se vislumbraba anoche, significaría una concesión a una suerte de lopezobradorismo extraoficial, otorgada por Ebrard al tabasqueño para no dejarlo clara e irreversiblemente fuera del espectro formal perredista. Padierna será, además, una llave de reinserción del bejaranismo que sigue siendo aliado firme pero todavía impresentable de AMLO, por las razones de crítica automática que genera la figura del profesor Bejarano, como ha sucedido apenas comenzó a negociar abiertamente en estos días con Ebrard y apenas lució su acreditación como perredista recién vuelto de un paréntesis impuesto por razones televisivas.

La recomposición perredista que se prefiguraba anoche dejaría en una especie de suspenso las definiciones importantes en ese partido. Los Chuchos continuarían con el control estructural del sol azteca y el presidente formal, Zambrano, podría avanzar en el cumplimiento de los compromisos con el calderonismo, en lo inmediato el del estado de México, y luego habría de verse lo de la contienda presidencial, con todo y superables resolutivos prohibitorios. Ebrard sostendría su apoyo a las alianzas con el panismo pero sin romper con López Obrador, entregándole en prenda la secretaría general que pudo ocupar con su jaguar hechizo pero que finalmente concedió a Padierna y Bejarano, quienes habrían de defender los intereses del movimiento encabezado por el tabasqueño pero de manera oficiosa. López Obrador, por su parte, podrá continuar de licencia, construyendo su Morena y encaminándose a la candidatura presidencial con PRD o sin él, pero con el incómodo agregado de una incógnita fundamental no resuelta ahora, la de la postura final que asumirán los Chuchos colaboracionistas e incluso el dueto Padierna-Bejarano. Es decir, nada cambió de fondo y los emplazamientos hacia el final son más o menos lo mismo. La novedad no lo es: el PRD confirmó que sigue siendo inviable como instrumento de cambio y lucha populares, que sigue dominado por un grupismo pernicioso y empantanado en pleitos menores, y que rumbo a la elección clave, la de 2012, persisten los ánimos comerciales de la facción anoche ganadora y el inmediatismo clientelar de la opción que habría quedado en segundo lugar. Y, mientras el calderonismo celebra su creencia de que venció al gigante imperial en el caso de un cambio onomástico, ¡hasta mañana!

viernes, 18 de marzo de 2011

Sábado Chucho
Obstruir a AMLO
Gelstar demerita videos
Calderonismo no tripulado

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INSTRUCCIÓN MILITAR. La Secretaría de la Defensa Nacional invitó a una visita al Centro de Adiestramiento de Fuerzas Especiales, Adiestramiento Blindado y Adiestramiento Individual Básico, para mostrar las diversas fases del proceso de formación del personal militar desde su ingreso hasta un nivel especializado, en Temamatla, estado de México, ayerFoto María Meléndrez Parada
 
Ausente físicamente de la sesión, pero políticamente en el centro de ella, Andrés Manuel López Obrador sabrá este sábado el tamaño real de los obstáculos –los naturales y los sembrados– que la izquierda electoral tendrá en 2012. De las varias combinaciones posibles que la mayoría numérica a cargo de Nueva Izquierda, es decir, Los Chuchos, podría imponer en el Consejo Nacional que nombrará a los ocupantes de varios cargos directivos, entre ellos el fundamental de presidir el comité nacional, ninguna parece ayudar a construir un sendero de unidad y buenas ofertas políticas. Por el contrario, como si de eso se tratara, todo apunta a la ruptura interna, el desgajamiento anunciado y la confusión intencional.

Ya sea que logren instalar a uno de sus cuadros más relevantes, Jesús Zambrano, en la presidencia del partido (con Dolores Padierna o el ebrardista-zeferinista Ríos Piter en la secretaría general), o que ante la crisis opten por prolongar hasta noviembre la estadía del muy desgastado Jesús Ortega, Los Chuchos parecen enfilados a la consecución de un sostenido propósito inequívoco, la máxima obstrucción a las posibilidades de López Obrador de ser candidato bajo las siglas del PRD y así, obligándolo a transitar por fuera del partido de izquierda con mayor peso y presencia hasta ahora, mellar o exterminar las probabilidades de triunfo de un candidato único en 2012. En ese objetivo, los mencionados Chuchos han sido acompañados por el otro precandidato importante a la postulación presidencial, Marcelo Ebrard, y su consejero rector, Manuel Camacho, convertidos todos en promotores entusiastas de las alianzas entre PAN y PRD que desde Los Pinos delineó el calderonismo.

López Obrador, por su parte, ha pintado su raya de ese PRD (aunque varias corrientes internas identificadas con él luchan por impedir el nuevo chuchazo) y se dedica a fortalecer su nueva etiqueta, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que es hoy la plataforma social de postulación a la Presidencia de la República y, a la vez, la base de despegue del nuevo partido que luego de los comicios de 2012 habría de intentarse tanto en la victoria como en la derrota electoral, un nuevo partido que previsiblemente tendría al propio López Obrador a la cabeza, si no alcanza o nuevamente no le es reconocido el triunfo, y que trataría de conservar la fuerza popular acumulada.

Aun cuando buena parte de su núcleo duro le mantiene un firme apoyo, López Obrador no ha podido revertir los efectos de la campaña de difamación que por vía especialmente televisiva le encajaron los beneficiarios del fraude electoral de 2006, y tampoco ha podido reinstalarse como opción suficientemente atractiva entre clases medias y segmentos empresariales. Si este sábado el PRD vuelve a ofrecer el sabido espectáculo de la división y la violencia, el saldo negativo será adjudicado nuevamente a la cuenta del tabasqueño, floreciente así el negocio de la satanización del tabasqueño y listas las alforjas de Nueva Izquierda para recibir pagos políticos por definirse, ya sea en Nayarit, con Guadalupe Acosta Naranjo como aspirante a primer gobernador chucho-calderonista, o inclusive en el DF, donde Carlos Navarrete se apunta en función de ese tianguismo pluripartidista que es la causa profunda del episodio final de combate interno en el PRD.

Por su parte, el gobernador del estado de México alista el dedo para designar al presunto heredero de entre cinco personajes que hasta ahora juran plena fidelidad a la decisión que se tome, reacios a alentar la posibilidad de que haya renuncias de priístas despechados, como ha sucedido en donde se produjeron alianzas recientes entre PRD y PAN. A diferencia de otros estados, en el de México no se está frente a un mandatario que por ir de salida no ofrezca futuro y sufra venganzas de despedida. Desde Toluca, Peña Nieto prepara su campaña presidencial con una gran canasta de ofertas y promesas que por lo pronto reduce el riesgo de que haya priístas destacados que traten de jugarle las contras en lo estatal, sabedores de que en el horizonte tienen un estante nacional de oportunidades que, en caso de actuar hoy con la típica disciplina de tres colores, asumiendo el dedazo de Peña Nieto, les podría significar pagos importantes en el mañana del presunto retorno a Los Pinos.

Sin embargo, en lo inmediato, en la confrontación con la realidad mediática no controlada, el gelstar mostró poca tolerancia y oficio a la hora de ser interrogado por reporteros respecto al video que muestra a un funcionario del gobierno mexiquense en plena faena de prometer recursos públicos a cambio de incrementar votaciones priístas. Suponiendo que los reporteros están obligados a asumir como orden las disposiciones unilaterales de convocar a conferencias de prensa sin preguntas, el esposo de la actriz conocida como La Gaviota decidió retirarse del foro cuando los periodistas le plantearon interrogantes fuera del libreto leído. Y, en el país del más absoluto surrealismo, el mismo precandidato inflado a base de una intensa y costosa promoción de su imagen en pantallas, dijo que las elecciones se ganan en las urnas, no... en videos.

Disciplinados también se ven el licenciado Calderón y su gabinete de trabajo. La presunta secretaria de Relaciones Exteriores hizo ayer cuanto le fue posible para demostrar ante legisladores el sometimiento del aparato federal mexicano a las imposiciones de Washington. Y el vocero del gobierno calderonista convertía su apellido, Poiré, en Puré ante las preguntas planteadas por Carmen Aristegui en radio respecto de los vuelos estadunidenses no tripulados, a las que dio respuestas enredadas, insuficientes y burocráticas. Y el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán, que no se atrevió a calificar de mentiroso o insolente al director de la FBI, sino solamente de no andar en la sintonía correcta, luego de que dijo que la lucha felipilla contra el narco no ha tenido buenos resultados, si se ve el número de muertes y las atrocidades que se cometen acá. ¡Feliz fin de semana!

jueves, 17 de marzo de 2011

Acuerdos impuestos
Callar, ocultar, claudicar
Filtraciones vengativas
Entreguismo creciente
 
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RECORREN LAGUNA VERDE. El gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, encabezó un recorrido por la central nucleoeléctrica de Laguna Verde. Estuvo acompañado, entre otros, por el secretario de Energía, José Antonio Meade Kuribeña; el director adjunto de la Comisión Federal de Electricidad, Antonio Vivanco Casamadrid; el director general de la CFE, Alfredo Elías Ayub, así como de los directores generales de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias y del Instituto de Investigaciones Nucleares, Juan Eibenschutz y José Raúl Ortiz Magaña, respectivamenteFoto La Jornada
 
Sometimiento completo. La Casa Blanca humilló a Felipe Calderón al citarlo, cual subordinado, a comparecer ante el jefe mundial para recibir reproches e instrucciones luego de la turbia muerte de un agente en San Luis Potosí. El mero día de la diligencia casi de barandilla, las gráficas mostraban a un Obama rígido, de mirada penetrante y actitud lejana respecto al aún más empequeñecido visitante que se afanaba por ganar una sonrisa o una palmada en la espalda. Y ahora, mediante filtraciones, ese mismo poder imperial exhibe al hombrecito de Los Pinos en una dimensión que causa repulsa al saberse que aceptó órdenes gringas al formalizar los programas de vuelos no tripulados de vigilancia (no necesariamente sólo en asuntos de drogas), en un peligroso paso más en la espiral de entreguismo a Estados Unidos que ha venido practicando de manera aplicada míster Lee P. Call the (por un problema de traducción fue imposible transcribir las tres últimas letras del apellido, juego cañero de palabras y llamados vocacionales hecho en Twitter por el escritor lagunero Jaime Muñoz, @jaimerutanorte).

Ya en anterior entrega se había escrito aquí sobre el riesgoso conflicto de personalidades que tiene el impreciso ocupante de Los Pinos. A Washington fue con ínfima e inocua espada desenvainada a denunciar al embajador Carlos Pascual, quejándose con torpeza ante periodistas de ese país de que el enviado diplomático de la Casa Blanca no actuara como él, el todopoderoso Felipe (en esos momentos representaba tal rol), deseaba. Además, sostuvo como bandera de lucha la verdad a medias de que el ingreso de armas a México se debía a la falta de prevención y control de un país que, luego se sabría, en realidad era un muy destacado introductor mediante la operación encubierta denominada Rápido y furioso. Calderón agitaba en lo alto su pancarta contra la venta de armas de fuego en otro país pero silenciaba la otra parte de responsabilidad, la de las aduanas mexicanas convertidas en negocio histórico de corrupción que deja pasar, con dinero, todo aquello que no exceda el alto o el ancho de los puentes de llegada a México.

Felipillo en pie de guerra contra el malvado Pascual que hace lo que su país y jefe le ordenan, pero que luego, en otra de sus personalidades, se presenta obsequioso, nervioso en busca de complacer, flojito y cooperando, ante el poder real que ahora le mueve el tapete de la soberanía al revelar lo que bien se sabe provocará protestas y enojos contra un Presunto Presidente que no ha mentido pero no ha dicho la verdad, que ocultó a los mexicanos los acuerdos a que llegó o que le impusieron las autoridades estadunidenses. ¿Con quién buscará Felipillo explicaciones de lo sucedido, con quién tratará de diseñar estrategias binacionales de control de daños? ¿Con el mismo embajador Pascual al que hace meses no recibe y al que desacredita en público y en privado cada vez que puede, no solamente por Wikileaks sino también por su relación privada con la priísta y salinista familia Rojas? ¿Alguien habrá encontrado entre las filtraciones encobijadas alguna cartulina de las que ahora tanto se usan, en la que estuviera asentada la frase ya clásica: “pa’ que aprenda a respetar”?

La vigilancia gringa en México no es, por lo demás, algo novedoso. Adelantos tecnológicos voladores han permitido desde décadas atrás que, con el consentimiento de presidentes priístas, las agencias estadunidenses cooperen en la resolución de problemas de seguridad y, de pasada, en cuanto se les antoje a ellas. Pero Calderón ha avanzado más que nadie en la otorgación de permisos para que en suelo mexicano se instalen verdaderas bases de espionaje electrónico, tanto de operación compartida, mediante el sabido caballo de Troya denominado Iniciativa Mérida, como de operación unilateral, acompañados esos despliegues técnicos de la necesaria presencia física de agentes, asesores, especialistas y operadores de los centros de espionaje.

Sin embargo, la explosión informativa conocida ayer abona la preocupación nacional por los términos y las consecuencias en que el jefe formal del Estado mexicano, Felipe Calderón, está comprometiendo los intereses de la nación mediante acciones u omisiones que van conformando un conjunto de derechos adjudicados a extranjeros y exigibles en términos económicos y militares en el momento en que México, retomada que fuera su soberanía, pretendiera echarlos abajo e incumplirlos.

Calderón está comprometiendo a México en lo oscurito y en las oficinas históricamente más deplorables para el interés nacional, en las del mando político y militar de Estados Unidos. No informar a los mexicanos de la aceptación de los vuelos no tripulados es una parte del paquete de claudicaciones evidentes, pues ni siquiera tiene arrestos el equipo calderonista para presentar objeciones a los hechos agresores que se han conocido: la timorata canciller Espinosa defiende con argumentos torpes la introducción de armas poderosas a México en la operación Rápido y furioso pues, a juicio de la funcionaria, los policías gringos no tenían intención de pasar las armas acá, y ayer, en un recular inocultable, la misma titular de la SRE ha dicho que el antes satanizado embajador/interventor Pascual es un interlocutor válido y que no hay problema con él.

En cambio, el fuego externo sigue cayendo sin cesar. Ayer, por ejemplo, el director de la FBI dijo ante legisladores de su país que desafortunadamente la lucha de Calderón contra el narcotráfico no ha sido tan exitosa como él o cualquiera hubiera deseado, dado el número de muertos y las atrocidades que ocurren al sur de la frontera. Y, para cerrar, la pregunta de la senadora priísta Rosario Green, de reconocida trayectoria diplomática: ¿Qué falta que haga el presidente Calderón para entregar el mando del país? El calderonismo, un gravísimo peligro para México.

Y, mientras avanza el fantasma de la catástrofe nuclear en Japón (por lo pronto), ¡hasta mañana, con Luis Felipe Bravo Yunque anotándose hoy ya como precandidato a gobernador del estado de México!

miércoles, 16 de marzo de 2011

Laboratorio sangriento
Pruebas de injerencia
Más críticas al Ejército
Sugerente silencio

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ASAMBLEA DEL MORENA EN CHILPANCINGO. Andrés Manuel López Obrador, durante una asamblea del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Chilpancingo, adonde asistieron por lo menos mil representantes distritales del estadoFoto Lenin Ocampo
 
El grave incremento de la violencia y las muertes en Ciudad Juárez en los 12 meses recientes se debió a una decisión política influenciada (por no decir que instruida) por Estados Unidos y en razón de consideraciones electorales y de imagen del comandante mexicano Calderón, según se desprende de los cables de Wikileaks entregados a La Jornada y de los cuales una interesante porción fue publicada este lunes, bajo la firma de Blanche Petrich.

Lo revelado en esos cables, más las notas relacionadas con el tema que elaboraron Arturo Cano y Gustavo Castillo, constituyen pruebas de la plena injerencia estadunidense en el diseño de planes mexicanos de experimentación y sometimiento sociales, en la valoración de los procesos bélicos en curso, en la asignación de inocencias o culpabilidades de notables asesinados (como en el caso de la familia Reyes) y en el manejo de fuerzas militares y policiales bajo el criterio, la supervisión e incluso el adelantado anuncio que de esos trasiegos hacen autoridades extranjeras.

En una sociedad menos enajenada y atemorizada que la mexicana actual, el conocimiento de las andanzas forasteras en la producción de horrores sangrientos en la mártir ciudad fronteriza chihuahuense habría de provocar indignación y movilización populares, exigencias de castigo a los responsables de negociar con vidas nacionales y de autorizar operaciones tan fallidas como criminales. Pero la atención pública y el coraje cívico son desviados o sustituidos por manipulaciones mediáticas y placebos cinematográficos, secuestrada la conciencia nacional por la dictadura electrónica y debilitada la capacidad de organización y respuesta populares por las divisiones inducidas, la polarización social impuesta, la frivolidad analítica en muchos medios de comunicación masiva, el tremendismo informativo de la televisión (hacer ruido de origen periodístico para aparentar que se dan noticias, se hacen reportajes y se hacen rondas de análisis) y el abatimiento de lo cívico entre el silbar de balas y el ulular de sirenas.

Ahora bien, si el ocupante de Los Pinos montó en cólera porque en anteriores revelaciones se había mencionado la visión estadunidense de que el Ejército Mexicano tenía aversión al riesgo y era lento o nulo frente a capos de primer nivel detectados por el espionaje extranjero, ahora debería enfadarse cuando menos de manera similar, pues los cables en mención narran el trayecto de entendimientos entre funcionarios calderonistas con enviados de Washington para urdir la trama del desplazamiento de los militares mexicanos de la guerra en Ciudad Juárez para dar paso a los buenos muchachos del triunfante Genaro García Luna.

En el reporte de Petrich se lee que en el cable 09CIUDADJUAREZ22, suscrito por el cónsul Raymond Mc Grath el 23 de enero de 2009, se asegura que los militares mexicanos, a cuyo cargo estaba el Operativo Conjunto en Ciudad Juárez, “muy rara vez se meten con los cárteles o pandillas”. Pero la presunta solución ordenada por los gringos solamente produjo más violencia extrema, convertidos los federales en una fuerza de ocupación con gran frecuencia acusada de violar derechos humanos y practicar, desde el flanco oficial, similares crímenes que los delincuentes organizados presuntamente combatidos.

En otro punto, apenas ayer se conoció por medio de una cadena informativa del vecino país la decisión de suspender las operaciones de policías gringos para armar con gran potencia de fuego a los cárteles que luego la secretaria Clinton y otros miembros de la elite burocrática de Washington consideraban en virtual insurrección (y, con ese material hecho llegar a los narcotraficantes, ¿cómo no albergar sueños de grandeza militar y confrontación directa con el poder instituido?).

Es muy ilustrativo el fraseo de las instrucciones giradas por personal del Departamento de Justicia de Estados Unidos a los fiscales de estados fronterizos con México: Si tenemos conocimiento de que las armas están a punto de cruzar la frontera, debemos tomar medidas inmediatas para detener las armas de fuego desde el cruce de la frontera, incluso si termina antes de tiempo o de otro modo pone en peligro una investigación. ¡Oh, sí: freno del contrabando oficial de armas a nuestro país aun cuando se llegue al extremo de poner fin de manera prematura a la vida de una investigación o ponerla en peligro! México, laboratorio social y bélico de los vecinos necesitados de guerras más cercanas a su casa.

Sin embargo, en un extraño silencio, casi una claudicación práctica, ha quedado lo que debería ser un redituable triunfo político de Calderón, quien ha centrado parte de su discurso ante Estados Unidos en el reproche por el poco interés de las autoridades de ese país en frenar la venta libre y sin control de armas de fuego en la franja fronteriza y su posterior paso a territorio mexicano (punto éste de anemia institucional confesa: México debería tener aduanas con suficiencia para impedir el paso de esas armas, sin necesidad de culpar a otros, aunque sabida es la consentida e inducida porosidad de los sistemas gubernamentales de ingreso al país de mercancías estadunidenses, totalmente dominado por la corrupción).

Como si en la pasada comparecencia ante Obama hubiese sido instruido de asumir una posición pasiva ante estos hechos, o hubiese llegado a acuerdos o intercambios por saberse, Calderón no ha asumido la fiera y férrea defensa de los intereses nacionales ni la denuncia implacable del rigurosamente inaceptable intervencionismo armado de los gringos. Bueno, la secretaría de las fallidas relaciones exteriores mexicanas ha llegado al extremo de cancelar la posibilidad de acudir ante las Naciones Unidas en demanda de atención y justicia por las agresiones rápidas y furiosas de los gringos. Tibia oposición, protestas desguanzadas, conversión de Ciudad Juárez y Tijuana en focos de concentración militar en busca de mejorar la imagen del comandante michoacano en declive y solícitas peticiones de ayuda a quienes ahora no pueden ser tocados ni con el pétalo de una rosa de aromas soberanos. ¡Hasta mañana!