lunes, 31 de enero de 2011


Ganó el PRI
Marcelo y alianzas, fortalecidos
Aguirre, afectos copetones
Un año de Villas de Salvárcar

Con el triunfo electoral de Ángel Aguirre Rivero, los ganadores inmediatos serían, en lo local, el bando priísta escindido y confrontado con el figueroísmo que impuso e impulsó a Manuel Añorve, y, en lo nacional, Marcelo Ebrard (que así estaría rebasando a López Obrador por la derecha); Manuel Camacho (que estaría en condiciones de seguir adelante con el proceso de las alianzas entre PRD y PAN, con la vista puesta en 2012 y su pupilo Marcelo); Jesús Ortega (que podría transitar con menos presión rumbo a su salida de la presidencia del sol azteca); los Chuchos en general (Guadalupe Acosta Naranjo sería el esbozo de factura en Nayarit, en busca de la primera gubernatura chucha); las alianzas antitéticas perreánicas (que así estarían en condiciones de buscar declinaciones en Baja California Sur y con alforjas llenas empujarían a repetir el numerito exitoso en el estado de México, con o sin Alejandro Encinas, quien es semichucho y semipeje), y el principal promotor y ejecutor de esas alianzas, Felipe Calderón (que estaría acotando a López Obrador, cerrando cumplidamente tratos con Ebrard y, al demostrar la vulnerabilidad del PRI, desmitificando el presunto paso arrasador de Peña Nieto).

Las tempranas y sostenidas apariencias de triunfo electoral de Ángel Aguirre Rivero fueron apuntaladas por los resultados preliminares, las encuestas conocidas (en especial la de Consulta Mitofsky), los encabezados informativos en Internet, el ambiente político en Guerrero y hasta el aspecto escenográfico con que los candidatos aparecieron tras el cierre de casillas (Añorve, sin un solo peso pesado; Aguirre, rodeado de sus promotores nacionales). Esa victoria provendría de una insólita coincidencia electoral de izquierdas (la de los Chuchos, los Marcelos, las Corichis-Amalias y otros grupos menores, más los partidos que aparentemente se mueven bajo instrucciones directas de AMLO en estos menesteres, como son el del Trabajo y Convergencia) y de derechas (el panismo guerrerense, apenas simbólico pero originalmente reacio a sumarse a una alianza de facto, y el calderonismo que ordenó la declinación del ínfimo candidato Marcos Parra, la filtración de expedientes de narcotráfico contra Añorve y la aparición del demeritado César Nava para confirmar el triunfo de Aguirre), lo que produjo el prodigio de llevar por segunda vez a la gubernatura a un priísta que nunca se deslindó de su pasado oscuro, represivo y corrupto –según acusaciones que en su primer mandato le hacían militantes y dirigentes de los principales partidos que ahora lo postularon–, ni presentó ninguna propuesta verdadera de cambio profundo.

El triunfo de un priísta que por peleas internas con el bando guerrerense hegemónico, dirigido por Rubén Figueroa, buscó alternativas de alquiler, alberga, sin embargo, una ironía larvada: claro está que en Guerrero ganó uno de los dos PRI en pugna, y que con Aguirre se reconstituirá una parte de la clase política tricolor, pero peor sería confirmar más delante que, en realidad, también ganó el mismo PRI nacional al que ayer se daba por golpeado de gravedad y, aún más, que podría acabar ganando el mismo Enrique Peña Nieto, con quien el senador priísta con licencia Ángel Aguirre Rivero ha mantenido cálida relación política, a diferencia del derrotado Manuel Añorve, a quien se identifica con el equipo de Manlio Fabio Beltrones.

Cierto es que el resultado de ayer resta fuerza a López Obrador y fortalece a Calderón, Ebrard, Camacho y los Chuchos, pero no es una derrota verdadera para el PRI –que jugó con dos cartas– ni para Peña Nieto, cuya carta más cercana resultó ganadora a nombre de sus opositores. No pierde el PRI ni sus expectativas presidenciales porque, a pesar de todo, no ganaron ni la izquierda en arreglos con Calderón ni la leve derecha sacrificada, sino una estrategia oportunista y sin sustancia que en su seno alberga la misma moneda traicionera con que podrían pagarles a corto plazo: Aguirre es priísta y seguirá actuando como priísta. Ganó el PRI, aunque sí lo parezca.

Astillas

Primer aniversario de la muerte de 14 jóvenes y dos adultos en una casa de la colonia Villas de Salvárcar, en Ciudad Juárez. El gobierno federal sigue mostrando la misma ligereza declarativa y la misma incapacidad operativa de aquel Felipe que de bote pronto pretendió adjudicar la matanza a un ajuste de cuentas entre pandillas. Como ha sucedido con otras tragedias a lo largo de esta administración calderónica, los hechos fueron aprovechados para realizar foros controlados, planear reconstrucciones sociales y dar tribuna exculpatoria al comandante FC. Pero, como en Chihuahua iban a celebrarse elecciones estatales, el PAN de la Caldera hizo toda una campaña con la esperanza de motivar cambios de siglas –como sucedió en Sonora, tras la muerte de los niños de la guardería ABC– y en esa cruzada invirtió miles de millones de pesos en programas y planes que no dieron el triunfo a las planillas de blanco y azul ni resolvieron nada de fondo –se acaban de anunciar nuevas estrategias, lo que es una modesta confesión de que nada les salió bien–, pero sí alimentaron los canales tradicionales de la alta corrupción. En la mártir Ciudad Juárez, el recuerdo de la tragedia promovió la organización de una jornada de dos días durante los cuales se exigió la justicia que hasta ahora no ha llegado y el freno a la violencia desatada que se vive allá. En esas jornadas, en las que participó medio centenar de organismos civiles, se realizó una Caminata por la Justicia, se instaló un plantón en la línea divisoria de Estados Unidos y México, se formó con velas, veladoras, carteles y mantas la palabra justicia y hubo un ayuno colectivo. Al final, ayer, cientos de globos y palomas fueron soltados al aire, con la triste convicción de que seguirá el bla, bla, bla de los funcionarios y el despilfarro y saqueo de recursos públicos, mientras se espera el arribo de la justicia y la paz... ¡Hasta mañana!



Tribunales electrónicos
Músculo y fuero televisivos
Uso comercial del enojo
ABC, en el olvido

Las televisoras dominantes han vuelto a demostrar su capacidad de manipulación social y el control mediante intimidación que pueden tener sobre procesos institucionales. Empecinadas en asumirse como tribunales electrónicos, otorgantes de perdones y castigos, lograron una resolución expedita y selectiva en el caso de un cantante acusado en Quintana Roo de abusar sexualmente de una menor de edad. No sólo fue una maniobra clásica en busca de audiencias mayores (es decir, de mejores condiciones de comercialización de sus tiempos) sino, más allá, constituyó una aplastante confirmación de su carácter rector en la construcción de las percepciones nacionales, un lucimiento de músculo definitorio justamente cuando el país se encamina a un proceso electoral marcadamente peligroso, una exhibición de magia exculpatoria que a la vez es un mensaje amenazante para adversarios y críticos y, sobre todo, para precarios o nulos anunciantes del mundillo político.

El fondo del asunto no es, desde luego, el proceso en sí, ni los indicios de culpabilidad o inocencia que pudiera haber respecto del mencionado cantante. De esos y otros asuntos habríase de entender el juez o el sistema judicial en general, con la misma pachorra y venalidad que sucede en todo el país, con el mismo grado de veleidad justiciera que afecta a miles de mexicanos, si no se hubiera atravesado el bíceps electrónico para establecer una excepcionalidad corporativa, una suerte de fuero televisivo (timorato, el procurador estatal dice estar en contra de la desconcertante resolución del juez, pero no apelará: nadie quiere exponerse a la Santa Inquisición Televisada. No es menor el dato de que con este espectáculo de moralina a conveniencia, demeritando a la denunciante por conductas anteriores, como si la violación no procediera incluso planteada por una esposa o una prostituta, se da un paso atrás en el proceso de convencimiento a mujeres para que presenten denuncias por abusos sexuales).

De esa manera, lo verdaderamente importante para Televisa y Televisión Azteca ha sido el explotar con sentimentalismo barato y cobertura amarillista un asunto menor para tratar de convertirlo en reclamo nacional de presunta justicia, generando movilización e inconformidad –efímeras e insustanciales, desde luego– en ese expediente que no significa nada frente al cúmulo de injusticias y arbitrariedades cometidas desde los poderes político y económico contra el pueblo mexicano sin que esas mismas pantallas y micrófonos, histéricos por orden superior, dediquen tiempo (información, análisis, denuncia) ni muestren solidaridad.

México entero vive tragedias diarias de las que Televisa y Televisión Azteca dan breves y controladas referencias en el mejor de los casos, pues con gran frecuencia lo que se mantiene es un silencio apenas roto por referencias gubernamentales forzadas. La información cotidiana ha sido así secuestrada para modular la conciencia nacional conforme a los intereses de quienes forman la elite de los grandes intereses económicos y políticos. Y el análisis y el debate políticos han sido circunscritos a voces propias o a una nómina casi invariable de convidados cuya mayor divergencia al aire suele ser de modos o detalles pero no de sustancia. (El envilecimiento de esos procesos de información y análisis en las televisoras ha llegado incluso a niveles grotescos, altamente dañinos para la salud pública, como es la recuperación, para públicos mexicano y latino, de Laura Bozzo, la organizadora de lamentables programas de exhibición clasista de purulencias sociales y familiares. Bozzo, según columnistas de espectáculos, pretende naturalizarse mexicana, con lo que estaría en condiciones de opinar desde Televisa sobre la política de su patria adoptada, acaso en una forma de prestar servicios a un régimen represor, corrupto y repudiado, como lo hizo años atrás en Perú. Para no quedarse atrás en esa competencia de lodo, Televisión Azteca ha habilitado una contrapropuesta aún de menor calidad –aunque pareciera imposible– mediante la vedete Niurka Marcos.)

Un ejemplo de esa desatención crónica se ha vivido en estos días respecto a quienes sostienen la lucha en demanda de justicia por la muerte de sus hijos en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Unas veinte madres y tres padres de pequeños fallecidos en aquella aciaga ocasión se plantaron en huelga de hambre en la plaza central de la capital del país, en demanda de una justicia que les ha sido largamente escamoteada, entre otras cosas porque los responsables directos de la operación de la guardería tienen relación política y familiar con factores de poder como el exgobernador Eduardo Bours y con Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del ocupante de Los Pinos. No hubo ni hay histeria en los medios electrónicos de comunicación por ese ejemplo sostenido de injusticia, ni al tema se le dedican horas de difusión en vivo. La protesta fue levantada ayer y los progenitores regresaron a su tierra, bajo la promesa típica de autoridades que ofrecen ahora sí escuchar y resolver. Ese es uno de los muchísimos asuntos del dolor nacional que a las televisoras no les importan, pero sí los detalles escabrosos de una madrugada farandulera en Quintana Roo y los presuntos ribetes de ilegalidad que podría haber en ese expediente convertido por las teles en una terrible comprobación de que en medio de la tragedia nacional les es posible acotar el abanico de enojo popular, manejar la irritación hacia zonas de intrascendencia y generar en esos ciudadanos programadamente contestatarios la ilusión de que sí hay justicia en México, que sí se puede confiar en las instituciones, que es posible el triunfo del bien sobre el mal, que es factible el júbilo patrio ante la liberación del cantante prócer. ¡Viva México!

Y, mientras el felipismo da a conocer hoy una nueva estrategia en Ciudad Juárez (¿cortesía de Janet o de Hillary?) y el embajador Pascual dice que Estados Unidos realizará inversiones en Oaxaca para frenar el flujo migratorio a su país, ¡feliz fin de semana, con Guerrero electoralmente al rojo!

jueves, 27 de enero de 2011


Hillary vino a votar
Da línea transexenal
Sargentismo pinolero
FC apoya a Marcelo

La esposa de Bill vino a depositar públicamente su voto para 2012: que siga la guerra (llámese ésta así, o lucha), gane quien gane los próximos comicios presidenciales. Boleta electoral marcada y resultados predichos: bota por voto y balacera por casilla.

El mensaje pretendería ser: perded toda esperanza, pues entrado Felipe en su guerra de legitimación y control ya no está en circunstancia de escuchar razones que no sean las del alto mando, es decir, las que transmitió la interventora estadunidense Hillary, quien tuvo el detalle de compartir con el respetable público breves destellos de los amarres en privado que impuso y que en esencia son uno: ni un paso atrás, ni ahora ni después de las elecciones que así estarían desde ahora sometidas a una voluntad bélica transexenal.

Felipe angustiado ante el riesgo de perder lo que llama poder, sabedor de los riesgos que él y su pandilla correrían cuando carecieran del blindaje que los coloca a salvo de los horrores de la guerra ahora etiquetada hipócritamente como lucha. Colocados gustosamente bajo la protección estadunidense, servidores de Washington, agentes trasnacionales de la política imperial de devastación externa y placidez interna, los calderonistas solicitan y aceptan los lineamientos ajenos, abdicación patria sin atenuantes. Por ello permiten a agentes de la FBI que interroguen en suelo mexicano a centroamericanos migrantes y por ello se le pide a la secretaria de seguridad interior de Estados Unidos que entre al auxilio de Ciudad Juárez, a ver si con decorados extranjeros se podrían simular avances y logros que por sí mismo no alcanza a montar el sargentismo fallido de Los Pinos.

(A propósito de los interrogatorios a migrantes por parte de la FBI, el presunto secretario de Gobernación, Francisco Bla Bla Blake Mora –el verdadero, según decreto imperial emitido por Felipe I, es el nuevo favorito de Los Pinos, el joven secretario particular Roberto Gil– dijo el pasado lunes en Tijuana que tales acciones de agentes gringos se fundamentan en acuerdos internacionales de cooperación y coordinación, y que su justificación es que el problema de la inseguridad no se circunscribe a México. Ayer, sin embargo, el titular del Instituto Nacional de –combate a la– Migración, Salvador Beltrán del Río, dijo que siempre no, que los tales interrogatorios extranjeros no eran verdad, ni los señalamientos de Wikileaks. Vaya credibilidad de administración calderonista: ni entre ellos se ponen de acuerdo.)

La consolidación de lo macabro como forma de dominación política se produjo mientras en otro foro internacional era condenado el modelo de lucha violenta contra el narcotráfico que sostiene FeliPum. Ex presidentes de países latinoamericanos, entre ellos el mexicano Ernesto Zedillo, el brasileño Fernando Henrique Cardoso y el colombiano César Gaviria, además de escritores renombrados como Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, se reunieron en el marco de una Comisión Global de Políticas sobre Drogas y, entre otras cosas, plantearon, según la declaración que a modo de vocero hizo Cardoso,  que luego de décadas de una política contra el narcotráfico basada en la represión es evidente que ésta ha fallado y que tanto el consumo como la producción van en aumento.

Cardoso también señaló que las grandes cantidades de los presupuestos nacionales dirigidas a las políticas represivas hacen que, en comparación, la financiación de los tratamientos parezca ridícula. No se trata de pedir más dinero, sino de utilizar mejor el que ya existe. El brasileño mencionó los casos de México y Colombia, dos países que han hecho esfuerzos muy grandes, con efectos muy limitados, lo que demostraría que se necesita un cambio de mentalidad. Gaviria, entre otras cosas, dijo que América Latina está cansada de prohibiciones que no han funcionado.

Calderón, sin embargo, sigue atado al guión sangriento. Decenas de mexicanos mueren diariamente y miles son sometidos a procesos colaterales de amedrentamiento y acoso, tanto por parte de las fuerzas oficiales como de los cárteles combatientes. Un ejemplo de la descomposición extrema acaba de suceder en Ciudad Juárez, donde un policía protector del presidente municipal fue asesinado arteramente, según el priísta Héctor Murguía que, dueño también de su propio expediente de acusaciones públicas de relaciones oscuras, dijo que los policías federales son una gavilla de pistoleros con rifles R-15. De acuerdo con su relato, Murguía fue al hotel donde se hospedan los federales a protestar enseguida del asesinato de su escolta. Allí fue encañonado, amenazado y ofendido por los policías federales, ante lo cual Murguía consideró que se había salvado de milagro de ser asesinado. Si eso le pasa a él, reconoció el presidente municipal, ¿qué le pasará a los ciudadanos en general?

Astillas

La ruta de la confrontación anunciada sigue siendo recorrida con ahínco por los bandos priístas en pugna en Guerrero. Rubén Figueroa y René Juárez, representados técnicamente por Manuel Añorve, parecieran dispuestos a ensayar todo cuanto puedan del catálogo tricolor de las trampas y la violencia, acicateados por la clara toma de partido en favor de Ángel Aguirre que decidió Calderón al obligar a Marcos Parra a declinar y a Gustavo Madero a tratar de justificar tal trance táctico (¿a cambio de qué, la ayuda blanquiazul: Baja California Sur, estado de México?). En los hechos, Calderón está apoyando a los Chuchos pero, sobre todo, a Marcelo Ebrard, quien pretende ganar la candidatura presidencial de izquierda sumando a su favor gubernaturas de alianza directa o de facto y colocándose así como una opción de unidad entre PAN y PRD rumbo a 2012... Y, mientras la Marina y la Policía Federal realizan más operaciones en la ciudad de México, como si trataran de ir acostumbrando a los pobladores capitalinos a ver el espectáculo de avasallamiento que el resto del país conoce, ¡hasta mañana, con Patrón Laviada dejando de ejercer en persona el negocio de la Profepa!


miércoles, 26 de enero de 2011


Guiones y montajes
Política Biutiful
Doncella y villano
La izquierda en el DF

Es una variante de las alianzas tan temidas, una forma de mantener el suspenso en obras de desenlaces previsibles, prodigio de entendimiento de algunas de las mafias políticas en busca del nuevo reparto de la plaza, sacrificio extremo de la presunta doncella blanquiazul de modestas aspiraciones al entregarse a las bajas pasiones electorales del villano sabido que ahora se disfraza de defensor del pueblo: declina un casi desconocido Marcos Parra, y la adhesión al senador priísta con licencia, Ángel Aguirre Rivero, es ejecutada con obediencia bovina por Gustavo Madero, que a partir de ahora parecerá Maderito, claudicante de la historia y la doctrina de su partido.

Promiscuidad extrema en un filme de tres equis pintadas en la frente del único y seguro perdedor verdadero, el pueblo guerrerense que es usado como carne de cañón electoral por los primos en pugna, por los priísmos despechados: el PRD y sus aliados de izquierda postulan al priísta Aguirre para enfrentarse al más malo de todos que es Rubén Figueroa disfrazado de Manuelito Añorve, priísmo éste todavía más caciquil, sanguinario y corrupto y que por tanto impele al panismo antaño sacrosanto y quisquilloso a unirse al antes mencionado priísta con licencia, Ángel Aguirre, apoyado por Chuchos, Marcelos y Camachos.

Pero, ¿cuál será la moneda de cambio por el sacrificio panista que muy poco aporta en términos de expectativas electorales pero sí mucho en cuanto a imagen unitaria de última hora? AN cede en Guerrero a cambio de que el PRD ceda en... ¿en el estado de México? ¿Intercambio de parejas en la pista caliente?  ¿Demostración en vivo, en Guerrero, de que sí funcionan las alianzas y por tanto deben darse también en la tierra de Peña Nieto, aunque fuera con un Alejandro Encinas que ha sabido colocarse en el justo medio aceptable por todas las partes eventualmente coincidentes? Por lo pronto, se demuestra que los caminos de las alianzas son inescrutables y que siguen vivas y con creatividad disponible. Donación panista de votos en Guerrero, donde Aguirre se fortalece aunque la tentación de la violencia aumenta en la misma medida en la sangrienta contraparte figueroista.

Y en el marco de las producciones Biutiful de la política mexicana, cada vez resultan más disparatados los episodios del Teatro Fantástico de CachiDiego. Ayer se conoció la misteriosa aparición de un presunto comunicado de los presuntos plagiarios del grandilocuente panista barbado (los Mis Diegosos Jefuestradores), documento éste que pareciera haber sido pensado para autentificar los dichos de Fernández de Cevallos, con agregados que sugerirían una cierta desesperación argumental que en aras de corregir pifias evidentes o de disipar especulaciones firmemente asentadas estaría cayendo en peores fabulaciones.

Porque ahora resulta que los muy civilizados guerrilleros presuntos habrían perdonado, por generosidad, el máximo símbolo piloso del cautivo, aunque ahora se lamentan por el abuso mediático mostrado por el litigante que, por otro lado, reveló ayer insólita capacidad leguleya al explicar que habiendo sido condenado a muerte logró radicar ante sus captores una demanda de revocación de ese mandato funerario, con tan buenas artes litigantes que de manera expedita le fue concedido y por ello, previa firma de un convenio entre particulares, pudo ser liberado, prodigio éste que más tarde le permitió llegar a San Juan del Río para desyunar con familiares, pedir la presencia de un peluquero que por lo visto no sabía o no quería cortar barbas, y luego encaminarse al Distrito Federal a enfrentarse con periodistas, fuerte y firme a pesar de siete meses de encierro, vendas, encogimiento físico y presiones extremas. Chin: ¿ya definieron las postulaciones al Óscar en guión y montaje?

Astillas

Tanto revuelven las aguas los promotores de alianzas partidistas antitéticas, y tan impugnada es con frecuencia la recta definición política e ideológica, que resulta esclarecedora la aparición de Los derechos de las familias en la ciudad de México, texto de Martí Batres en el que se recopilan y explican las transformaciones sociales, en específico las del ámbito familiar, que ha vivido la gran urbe desde que en 1997 llegó a ella un gobierno de izquierda. Editado por Miguel Ángel Porrúa, el libro da cuenta de la evolución del derecho familiar, que le ha llevado del ámbito de la normatividad privada al de la social, y de la construcción de leyes e instituciones que con pleno sentido de izquierda han colocado a la capital del país en una situación de vanguardia nacional. Por encima de las vicisitudes partidistas e individuales que suelen no permitir la vista del bosque, el paso de la izquierda por los poderes Legislativo y Ejecutivo de la ciudad de México arroja un saldo notablemente positivo. Batres hace este resumen: En poco más de 10 años se transformaron radicalmente instituciones como el matrimonio, el divorcio, el concubinato, la filiación, la adopción, el patrimonio familiar, los alimentos, la patria potestad, la tutela, y surgieron nuevos conceptos como la violencia familiar, interés superior de la infancia, valor económico del trabajo en el hogar, sociedad de convivencia y otros. En momentos de confusión política e ideológica, cuando el gobierno de la capital del país está en la mira de 2012 por parte de grupos de derecha aliados con un izquierdismo oportunista que gustoso canjearía la posición defeña por otras de provincia (Nayarit, por ejemplo) o por gabinetes federales plurales, conviene tener presente lo que la izquierda en el gobierno ha logrado de 1997 a la fecha, con Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y Marcelo Ebrard, más las formaciones parlamentarias local y federal, para lograr cambios sociales importantes mediante el uso del presupuesto capitalino con claro sentido social, de apoyo indudable a quienes están en mayor desventaja...

Y, mientras los marinos acostumbran a los capitalinos a su presencia, según eso en razón de que los zetas ya están en tierra chilanga, ¡hasta mañana!


martes, 25 de enero de 2011


Gerente del sexenio
Fan se SuperFeli
Adiós a don Samuel
Sicarios electorales

La encargada de relaciones públicas de la Blanca Casa matriz entregó ayer un diploma verbal de reconocimiento a quien se ha ganado en la sucursal mexicana el título de Gerente del Sexenio, el especialista en guerras que acaban siendo luchas en superlibre, Felipe Calderón, también conocido como El Licenciado. Además, para incentivar la productividad de la plantilla local, la supervisora Clinton extendió un cheque, provisionalmente de utilería, por 500 millones de dólares para que los empleados nativos puedan desarrollar el libreto de intervencionismo alegremente permitido (en realidad, anhelado) por el feliPato, que se denomina Iniciativa Mérida pero que desde siempre se ha sabido que es una nueva versión de la historia original de El Caballo de Troya.

Hillary, quien practicó el don de lenguas (malpensados, absténganse de inferencias becarias) al convertir en palabrería elogiosa y épica el idioma de sangre y dolor que ha impuesto Calderón como oficial en todo el país. Glosolalia divina, virtual trance religioso, que permitió a la poseída secretaria de Estado declararse fan del curandero mexicano, Felipe de Los Pinos (lo cura todo armado de fuego), y elogiar sus varios hechos prodigiosos, su valentía blindada, su preclara visión que por pura coincidencia es la misma que los gringos desean (¡milagro, milagro!): Gran Felipe Guerrero, al que aplaude la taimada señora Clinton, quien suele cegar con ditirambos a los que luego caen en las trampas sembradas bajo los tapancos de las ceremonias pomposas. No le queda de otra al SuperFeli más que seguir adelante y no detenerse, pero cuenta con todo el apoyo del gobierno estadunidense, dice la actoralmente emocionada Hillary (feliz también está El Licenciado, pues con la alharaca clintoniana ve temporalmente superado el trago amargo de que Wikileaks lo haya balconeado como solicitante de ayuda gringa para pacificar una plaza hirviente y aparentar que algunos logros se alcanzaban; por fortuna, Janet de Habsburgo no aceptó la corona de Ciudad Juárez).

Reunido con un segmento escogido de la comunidad libanesa, el objeto de las alabanzas envenenadas filosofaba sobre la improcedencia de las viejas ideas, ideas añejas, obsoletas, que han mostrado su daño, en la que se piensa que lo correcto o lo conveniente es simplemente engañar o transar o debilitar, precisamente, los valores que forman a cualquier sociedad. Pinolerismo de nota roja llevada a la sublimación institucional, pues el licenciado Calderón presumiría a su selecta audiencia que durante su administración han muerto o han sido encarcelados 20 de los “37 capos, di tutti capi, digamos” que eran los más buscados del país apenas dos años atrás (pero a uno de ellos nomás no lo agarran, grita desde gayola algún abonado a esta columna que no entiende de qué se trata el asunto y prefiere seguir viendo su telenovela preferida). En tanto, en Nuevo León, ocho personas presuntamente dedicadas al narcotráfico eran abatidas y en varios puntos urbanos se repetían los narcobloqueos ya correlativos a todo enfrentamiento más o menos importante. En Ciudad Juárez subía a siete el número de jóvenes asesinados en un campo de futbol. Y en la capital del país los marinos ponían el pie combativo en la colonia del Valle, a propósito de una denuncia ciudadana que igual sirve para capturar a culpables que para agredir a inocentes, botado al cesto de la basura el latoso procedimiento viejo, añejo, obsoleto, de las denuncias ante un agente del Ministerio Público, la valoración jurídica, la apertura o desistimiento de acciones penales e incluso la solicitud a un juez para que con criterio jurídico decidiera si la fuerza pública debía actuar en determinado caso. Uf: el México que se fue.

Don Samuel se ha ido y su partida provoca dolor en la franja social comprometida con los cambios sociales progresistas y con la defensa de los marginados y maltratados, en especial los indígenas (obviamente, hubo voces de oportunismo e hipocresía, una de ellas la de la mencionada Hillary, que también expresó distraídas condolencias por la muerte del obispo emérito; el licenciado de la gran caldera nacional hasta un minuto de silencio pidió durante una comida preferencial por los ricos a la que asistía). Siguen adelante otros religiosos de similares posturas, como el obispo de Saltillo, Raúl Vera, el sacerdote Miguel Concha y algunos presbíteros de zonas de Oaxaca y Chiapas, entre otros, dispuestos siempre a la solidaridad con las causas justas, defensores de los derechos humanos, convencidos de la importancia de acompañar los procesos de lucha de mexicanos por sus derechos. Pero el fallecimiento del histórico obispo de San Cristóbal hace más evidente la enorme distancia que separa hoy el caminar doliente de la gran mayoría nacional respecto de la conducta acomodaticia, privilegiada y cómplice con el poder que practica la mayor parte del clero mexicano. La figura y el ejemplo del que se ha ido, y la persistencia de quienes con su ejemplo continúan, contrastan vivamente con los andares de personajes frívolos, ambiciosos y enriquecidos como Norberto Rivera, Juan Sandoval y Onésimo Cepeda, por citar los casos más escandalosos. Descanse en paz Tatic, quien hizo de la suya una vida de lucha y compromiso.

Los comicios de Guerrero van en camino de convertirse en un episodio más de violencia producida por la delincuencia organizada. No necesariamente la relacionada con el narcotráfico, aunque ese factor está siempre presente en la política de la entidad. Pero sí con la delincuencia electoral organizada, dado que las principales partes contendientes están concentrando en la plaza lo mejor de sus catálogos negros, una especie de sicarios de urnas y boletas. No hay causa noble por defender en esa refriega, es el pleito de cárteles escindidos, la lucha descarnada por el poder, el botín y los intereses de las cúpulas promotoras, el figueroismo sangriento por un lado y el oportunismo ambicioso del chuchismo-marcelismo por otro. ¡Hasta mañana!




lunes, 24 de enero de 2011


FC pide a EU que intervenga
En Ciudad Juárez, para pacificar
Artículo 108 constitucional
Guerrero, sin esperanzas

Es un abuso el paseo triunfal de la Hillary por las ruinas que todos ven (¡Salud, maestro Ibargüengoitia!). Cierto es que las artimañas develatorias del tal Assange impulsan a los autodesignados interventores mundiales a no fiarse más de los procedimientos tecnológicos tradicionales de transmisión de órdenes y recopilación de informes, pero la señora Clinton bien podía haber escogido mecanismos menos evidentes y, por tanto, ofensivos, para venir a ajustar cuentas y dejar instrucciones llanas al traspatio en llamas. Tanta fuerza institucional y personal se concentra en la figura de la secretaria estadunidense de Estado, tanto poder devastador y tantos intereses de primer orden mundial, que parece un despropósito excesivo el aparentar que viene a dialogar, negociar y acordar con la secretaria mexicana de Relaciones Exteriores, una funcionaria que se mueve en el generalizado bajo promedio de rendimiento del gabinete calderonista y que en otros foros o encuentros de índole diplomática se ha mostrado apenas como una afable receptora de documentos, esforzada más por cumplir con los mínimos requeridos por el protocolo que en discutir a fondo, ya no se diga pelear heroicamente, en defensa de los intereses mexicanos.

Hillary viene a hablar de la soga en la casa del ahorcado por su propia guerra fracasada y, para ir calentando el ambiente, el gobierno formalmente encabezado por, por... sí, por Barack Obama, ha hecho saber tajantemente que la violencia desatada por el atribulado FeliPillo constituye una auténtica amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos. Y ayer, en sincronía portentosa, del catálogo Wikileaks fueron desprendidas algunas perlas que terminaron por derribar las pocas reticencias que el calderonismo pudiera tener para allanarse totalmente al libreto en manos de la comandante Hillary. Según las revelaciones que darán contexto al diálogo a una voz entre la jefa de la diplomacia imperial estadunidense y la encargada de las relaciones públicas de la provincia adjunta, llamada México, el propio ocupante del puesto de primeros auxilios denominado Los Pinos anda que no encuentra la puerta de salida, inmerso en una corrupción imparable, rodeado de cuerpos de inteligencia que no atinan una, obligado a permitir que la FBI interrogue a migrantes detenidos en tierra mexicana y, lo peor de todo, solicitante de intervención extranjera para resolver problemas internos.

Según el cable 249280 (que se puede leer en inglés en http://bit.ly/hwZXxa y que fue dado a conocer ayer por El País), el precario encargado de la conducción formal del aparato gubernamental mexicano pidió a la secretaria estadunidense de seguridad interior, Janet Napolitano, que le ayudara a pacificar Ciudad Juárez. Concretamente, Calderón solicitó el apoyo del Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC), Texas, pero la secretaria Napolitano, prudente, o descuidada, o apática, o con otro reloj político, le dijo al solicitante de intervención que el citado centro podría ayudar a identificar los blancos exactos del crimen organizado, pero, hombre, bueno, que Calderón y México deberían encargarse del despliegue militar y policial que fuera capaz de patrullar cada manzana y calle determinadas. Allí mismo la contraparte gringa, Napolitano, le habría dicho al belicoso Felipe que también deberían ampliarse en Ciudad Juárez los servicios sociales y el respeto a las leyes. En esa misma sesión de trabajo, el anhelante Calderón se embarcó en un alegato sobre los factores históricos y sociales que han llevado a la urbe fronteriza a los altos niveles actuales de violencia, y dijo que en los tres años anteriores (la reunión con Napolitano fue en febrero de 2010) “el cártel de Juárez controló la ciudad”, pero que recientemente, el cártel de Sinaloa se movió allí y trata de controlar la plaza, lo que ha llevado a crueles enfrentamientos.

Mientras todo lo anterior era escrito, una extraña cortinilla jurídica asomó en una pantalla astillada de computadora y mostró el artículo 108 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en uno de cuyos párrafos indica que el Presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la Patria y delitos graves del orden común. El lector de ese texto, sin embargo, prefirió ver las cosas buenas y no las malas, y se resistió a dejarse llevar por las percepciones negativas y amargas, así es que prefirió seguirse emocionando con los incidentes del caso de Kalimba, casi decidido a salir a marchar a las calles para protestar por semejante injusticia... ¡Kalimba el Toro es inocente! ¡Ah, y además la señolita Laula ya se pasó a Televisa, donde abordará tan importante caso y comenzará a deslizar comentarios de política favorables al régimen de mano dura!

Astillas

A una semana de las elecciones, el estado de Guerrero concentra los peores augurios políticos, no sólo por la violencia desatada acaso intencionalmente en el ámbito del narcotráfico o por los roces y golpes físicos que ya se han producido entre miembros de las banderías en pugna, sino por el hecho de que detrás de cada uno de los principales candidatos, el del PRI y el del PRD, se agrupan y muestran las sucias caretas y tretas de quienes pelean solamente por convertir esa entidad, su aparato burocrático y su erario, en una pieza más de colección para la carrera presidencial de 2012. Diálogos lamentables entre quien ahora es abanderado de la izquierda, Ángel Aguirre Rivero, y la que fue abusiva vicegobernadora familiar de Zacatecas, Claudia Corichi, mientras René Juárez, Rubén Figueroa, Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones ponen en juego su mejor arsenal para frenar la acometida de Marcelo Ebrard, acompañado de los Chuchos, para hacerse de otra moneda de cambio apenas ayer falsamente despintada de priísmo... Y, mientras las hojitas parroquiales de Norberto se lanzan contra quienes critican la beatificación del cuasi legionario Juan Pablo II, ¡hasta mañana, con los coche bomba a control remoto, como en Tula!


viernes, 21 de enero de 2011


¿Me estás oyendo, Felipe?
Frente Popular Dieguista
¿Misteriosa Intolerancia?
Justicia cantante y selectiva

El principal adversario de la credibilidad del abogado Diego Fernández de Cevallos ha sido él mismo (se habla aquí solamente de la parte relativa a su misteriosa desaparición física durante meses, no de su trayectoria política y profesional, que merece expedientes aparte).
 Su reaparición pilosamente preparada, un mes atrás, quedó al borde de lo inverosímil para muchos de quienes lo vieron en televisión moverse y hablar con soltura, encarar con la arrogancia de siempre a sus interlocutores, en este caso los periodistas, y desarrollar de inmediato una agenda de actividades que entre otras cosas incluyó la entrega de un amoroso ramo de rosas rojas a su novia. A diferencia de lo sucedido en otros casos, cuando las víctimas quedan largamente afectadas por las impresiones vividas, y requieren prolongadas terapias de rehabilitación, el ex candidato presidencial panista se veía esa mañana del pasado 20 de diciembre menos maltrecho que quienes, por ejemplo, en aquellas fechas, se desvelaban para ver un eclipse lunar.

No fue solamente el aspecto físico ni la impresionante capacidad de recuperación o el espectáculo intencional de la barba de testimonial crecimiento que contrastaba con el muy bien cortado cabello: el caso Diego estuvo lleno de irregularidades y sospechas que hasta la fecha no han sido aclaradas. Los Misteriosos Desaparecedores (MD) mostraron un perfil de elemental izquierdismo declamatorio que parecía más pensado para arrojar culpas sobre los movimientos encabezados por López Obrador y por el subcomandante Marcos que para fijar posturas propias de esos MD o para llamar a acciones consecuentes con ese pensar supuestamente guerrillero.

A un mes del secuestro tan peculiar, nada se ha esclarecido, salvo el hecho de que los presuntos luchadores sociales parapetados tras las siglas MD no volvieron a realizar proclama ni comunicado explicatorio alguno ni dieron a conocer videos o audios en los que el repudiado representante de la oligarquía confesara sus crímenes de clase y embarrara a sus mafiosos cómplices. Nada de ese libreto previsible. En cambio, el propio desaparecido ha tenido a bien asomarse de nuevo a los medios de comunicación para fijar ciertas posturas que en esencia son las mismas ya expresadas aquella insólita mañana de diciembre. Y, respecto a las extendidas dudas sobre lo que le sucedió, el aparatoso litigante solamente ofrece adjetivos para descalificar a los medios que no se atuvieron a la versión oficial –o que, como Televisa, abdicaron de su responsabilidad informativa para sumirse en un silencio que se vuelve clamor, tribunal y linchamiento cuando de otros involucrados en asuntos de nota roja política se trata–: simplemente, Diego reitera que fue liberado ese 20 de diciembre, sin abundar en tan extraña historia de recuperación física y anímica ni en los muchos signos contradictorios o raros que lo acompañaron.

En todo caso, lo que sí ha tenido una confirmación puntual es la extendida creencia de que la misteriosa desaparición de Fernández de Cevallos tendría intenciones o desenlaces políticos en tiempos electoralmente densos. Ayer mismo, el hombre que mantiene confrontación política con el felipismo, y que podría buscar la candidatura panista a la Presidencia de la República por fuera o en contra de las intenciones del comandante Calderón, consideró oportuno insistir en el deber de luchar unidos todos los mexicanos, independientemente de ideologías contra la violencia (¿una especie de Frente Popular Dieguista, casi de Liberación Nacional?).

Además, en deslinde combativo, exige que se siga combatiendo al crimen organizado, sin permitir impunidades, pero (¿me estás oyendo, Felipe?) sin que la persecución contra los que así actúan implique seguir soportando las acusaciones sin pruebas, las mentiras sin límites y la intolerancia en agravio de quienes piensan diferente, todo lo cual enturbia y asfixia la vida de México. ¿Misteriosa Intolerancia Pinolera?

Diego conciliador de ideologías contrapuestas, luchador contra la delincuencia pero también contra los gobernantes mentirosos, intolerantes y manipuladores de las leyes, Diego purificador y salvífico, al rescate del México que se ahoga. ¿Diego, el de la misteriosa desaparición, convertido ya en el precandidato presidencial de prestidigitación que muchos suponían antes de aquel 20 de diciembre en que apareció a bordo de lujoso automóvil, con barba escenográfica, discurso preparado, ramo de rosas rojas y un catálogo de dudas y sospechas tras de sí?

Astillas

¡Gulp! Que dice el licenciado Calderón que con los 116 mil millones de dólares que México tiene de reservas internacionales podrá aguantar cualquier golpe, por más duro que sea... Si en anterior columna (en http://bit.ly/enwOjB Enigmas Polo Polo: El número Uno; Sutil y Pacífico Cartel; Encerrona con Televisa) se planteaba la posibilidad de que la secuencia indumentaria marca Polo llevara, del 3 de El JJ, y el 2 de La Barbie, al mero mero, al Número Uno, ahora habrá de preguntarse cualquier aficionado al astillerismo (deporte intelectual extremo) si el largo periodo de libertad de ese jefe intocado por una década se debe a que no ha sido acusado de violaciones sexuales ni metido en el batidillo de chismes faranduleros enajenantes pues, de haber sucedido eso, medio país estaría atento a los entretelones, ya habría seguidores dispuestos a la organización y lucha social en defensa del acusado, y el aparato justiciero nacional habría funcionado con eficacia internacional, aprehendiendo al Cha... perdón, al cantante en problemas, de donde estuviera para someterlo a juicio y para que todo mundo viera que en México no hay un Estado fallido sino selectivo, nada más... Y, mientras el efecto JJ es teledirigido hacia el estado de México, donde Peña Nieto sabe que este año será el de las tormentas deseosas de entrampar su nave gaviotona, ¡feliz fin de semana, con Carlos Slim anunciando que la violencia no lo hará irse de México y con el nuevo gobernador de Tamaulipas realizando una visita a Ciudad Mier, entre francotiradores y máxima protección!


jueves, 20 de enero de 2011


Seguridad (obediencia) debida
Fuero marino
CNDH maltrecha
Países amigos
Consulta en ajuste

Aun cuando no le corresponde a él establecer tales criterios distintivos, el titular de la Secretaría de Marina ha dicho que a su entender merece más protección la seguridad individual de algunos de sus subordinados, bajo acusación de cometer gravísimas violaciones a los derechos humanos, que la seguridad colectiva derivada de ordenamientos legales y constitucionales.

Tal razonamiento entraña una descalificación absoluta del estado de derecho que hasta ahora sigue vigente, aunque sea en términos declarativos, y la instauración de un fuero absoluto, virtualmente dictatorial, que pretende eximir a los hombres de armas de cualquier forma de sometimiento a indagaciones y castigo por los abusos criminales que cometan en cumplimiento de órdenes superiores. El almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza, según ha reportado Jesús Aranda en La Jornada de este miércoles, estima que aceptar las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos por el asesinato de dos civiles equivaldría a poner en riesgo la seguridad de los elementos que participaron en esos hechos, sin considerar que tales hechos fueron absolutamente violatorios de la legalidad constitucional y los derechos humanos, pues consistieron en la agresión desmedida y sin justificación contra dos civiles que no tenían relación alguna con las operaciones contra el narcotráfico que de manera irregular han asumido las fuerzas armadas, aún más marcada tal irregularidad en el caso de quienes como tarea fundamental tienen asignado el mar y sus problemas.

De triunfar la exégesis jurídica planteada por el almirante Saynez, toda impugnación de un acto abusivo de poder habrá de toparse con el elemento disuasorio o exterminante de la seguridad individual de los funcionarios, servidores públicos o elementos armados, pues a fin de cuentas el sometimiento a las leyes implicaría precisar su individualidad y establecer los rangos de culpa que les corresponden. Aceptar hoy la tesis de la seguridad individual de los acusados, como una especie de deber de encubrimiento o protección por parte de los superiores, sería una variante de las fórmulas de la llamada obediencia debida que dictaduras latinoamericanas establecieron como criterio para tratar de eludir responsabilidades en la macabra guerra sucia establecida contra opositores y disidentes.

Llama la atención, además, que el almirante secretario trate de endosar móviles oscuros a quienes buscan someter al imperio de la ley las acciones desquiciadas que en todo el país se están cometiendo a cuenta de la guerra contra el narcotráfico, ahora rebautizada como lucha. Dijo el servidor público Saynez que hay quien se encarga de estar alimentando y amarrando navajas y que parece que alguien se encarga de defender más a los criminales o a la delincuencia organizada que a las propias fuerzas federales. En los casos que han dado pie a esta polémica, de lo que se trata es de defender el cumplimiento de dos recomendaciones emitidas por el organismo autónomo que el propio Estado mexicano ha sostenido fatigosamente para atender con languidez las denuncias de ciudadanos que creen violentados sus derechos por quienes ejercen el poder público, una CNDH, por lo demás, largamente desgastada por su falta de filo real ante esos poderes infractores y desacreditada por la prolongada estadía en sus niveles de mando de representantes de la camarilla jurídico-política instalada allí por el doctor Jorge Carpizo y en especial por la desafortunada actuación del opusdeista José Luis Soberanes. No se busca la defensa de criminales, sino el castigo de quienes acribillaron sin razón a una mujer y a un hombre en el contexto de muchas otras violaciones a las leyes y a los derechos humanos.

En estricto sentido, la exigencia de justicia y legalidad abarca no solamente a estas dos personas asesinadas en el contexto de la embestida contra uno de los hermanos Beltrán Leyva, sino también en el caso del marino Melquisedet Angulo, cuya familia fue acribillada luego de conocerse por amplia difusión oficial la identidad del infante caído. Es decir: de cada una de esas muertes hubo responsables que deben ser castigados. Mandos o ejecutores de órdenes que instruyeron la apertura de fuego indiscriminado contra civiles, y mandos o ejecutores de órdenes que exhibieron al marino Angulo y le colocaron en situación de posteriores venganzas. Sin embargo, el almirante Saynez sostiene que la Marina continuará en la lucha contra delincuentes y narcotraficantes actuando por cuenta propia o en coordinación y cooperación con otras dependencias del gobierno federal, incluso de países amigos. Por cuenta propia. Países amigos. Obediencia debida.

Astillas

Están en proceso de ajuste los mecanismos partidistas y de poder público que definirán por acuerdos políticos el resultado de la consulta ciudadana en el estado de México. Los extremos se van acercando: el yunquista Luis Felipe Bravo Mena se aviene a lo que digan esos resultados, al igual que el semichucho y semipeje Alejandro Encinas, quien reunido con la Nueva Izquierda de esa entidad ha dicho que aceptará lo que marquen las urnas. Los Pinos empujará con todo por una alianza, mientras Toluca irá en contra. Pero, ¿Encinas acatará, además de aceptar, el desenlace aunque signifique finalmente ir en el paquete PRD-PAN que dice rechazar?  ¿Estamos en presencia de un arreglo de cúpulas que satisfaga por tercios a los concurrentes: Los Pinos, Los Chuchos y AMLO? ¿Todo se romperá para que al final queden los candidatos reales de cada fuerza: el gallo por dedazo de Peña Nieto, el reciclamiento marginal de Bravo Mena y la reunificación escenográfica de la izquierda con Encinas?... Y, mientras PRD, PT y Convergencia van en Michoacán en una alianza natural, justificada y explicable, y el PAN se abre en Nayarit a postulaciones conjuntas con el PRD, pensando en pagar favores colaboracionistas a Guadalupe Acosta Naranjo, ¡hasta mañana, con Molinar Horcasitas dando lustre y definiendo la honorabilidad de la comisión política del PAN ayer designada!


martes, 18 de enero de 2011


Política entrampada
PRI: oficio corleonesco
PAN: continuismo sangriento
Izquierda: división inducida

No arranca la verdadera construcción política porque nada en firme se podrá tejer mientras el factor determinante y distorsionador de la actividad pública siga siendo la violencia derivada de la guerra, ahora hipócritamente reclasificada como lucha, contra el narcotráfico. Los partidos, sus líderes y principales personajes aparecen en el foro político teñidos de colores diluidos a causa de la tonalidad extrema del rojo sangriento que domina la totalidad. De seguir las cosas como van, lo político y lo civil seguirán sumiéndose en las aguas engañosas de una supuesta legalidad vigente y de una auténtica suplantación militar, marina y policial de las funciones públicas.

Frente al fracaso de la segunda administración federal panista se levantan dos opciones que difieren respecto de la manera en que debe ser enfrentado el asunto del narcotráfico pero que convergen en cuanto al sostenimiento del actual sistema de privilegios, injusticias y exclusiones. El PRI ofrece el discreto encanto del retorno a los entendimientos mafiosos, mientras el PAN se fatiga tratando de convencer que tiene sentido y viabilidad el baño nacional de sangre. El oficio corleonesco sugiere la restitución de la vieja pax priísta, con arreglos bajo el agua, plazas y cuotas bien definidas; la criminal falta de oficio del calderonismo sugiere la continuidad falsamente épica de una lucha que en el fondo ha sido solamente la búsqueda de reacomodos comerciales favorables para empresas consentidas. Pero PAN y PRI postulan en esencia lo mismo, así sea operado ese conservadurismo gansteril mediante bandas, capos, nombres y apodos diferentes. Que todo cambie para que nada cambie, es la propuesta del partido tricolor. Que nada cambie para que nada cambie, es la descarnada confesión del panismo calderonista.

La elaboración de plataformas alternas a ese narcobipartidismo está resultando muy difícil porque, en el fondo, lo que han ido haciendo los belicosos estrategas pripánicos es desarmar el escenario tradicional de lo electoral (aquel en que aún con trampas y abusos era medianamente posible aspirar a pegar campanazos aislados que dieran poder mediante las urnas a corrientes o programas de cierto contenido social transformador), desilusionar y ahuyentar a los ciudadanos respecto de las posibilidades de lo comicial, y sumergir a diversas vertientes de esa oposición en las aguas teñidas de rojo de la violencia política desatada que, según eso, a cualquiera puede alcanzar, sobre todo si ese cualquiera enarbola o propone proyectos políticos de resistencia o de abierto combate político a la barbarie institucionalizada.

En ese contexto de aparente confrontación de priístas y panistas, que finalmente coinciden en lo básico, a la izquierda le está resultando particularmente difícil presentar una propuesta unitaria. Es ovbio que al bipartidismo inconfeso le favorece todo cuanto sea pulverización de los partidos cargados a la izquierda, y el calderonismo y el salinismo se han aplicado a la promoción de disensos, malos entendidos y choques entre agrupaciones y personajes de esa franja ideológica y política. Recuérdese, por ejemplo, el encumbramiento mediático de quien en esos momentos era grotescamente inflada hasta rozar presuntos niveles de estadista, la diputada federal perredista Ruth Zavaleta que mucho sirvió para golpear al movimiento de resistencia encabezado por Andrés Manuel López Obrador, a título de esa izquierda moderna, civilizada y dialogante que tanto gusta promover a la derecha y al oficialismo (hoy, por cierto, aquella figura rutilante del escenario nacional colabora con el PRI en Guerrero, en busca de consolidar el cacicazgo de René Juárez y Rubén Figueroa mediante el manejable Manuel Añorve).

Las arenas movedizas del calderonismo-salinismo pretenden constreñir lo electoral venidero solamente a las vertientes aprobadas. Es decir, PRI, PAN, y aliancismo concertado con Ebrard a la cabeza, pueden pelear por las posiciones electorales, en un esquema que pretende normalizar las contiendas a criterio de las cúpulas gobernantes. Así, el movimiento encabezado por AMLO, con PT y Convergencia, necesita ser excluido de ese cuadro de regularización forzada para que no afecte los entendimientos de reparto que se han tejido. Por ello es que, aún cuando hay barullo, declaraciones, actos públicos, mítines y aparente confrontación entre esos segmentos (PRI, PAN y perredismo chucho-marcelista), aún no prende ni prospera la auténtica construcción de opciones políticas sanas, claras, viables. Los controladores del aparato institucional pretenden asentar una secuencia política simple: si los de tres colores dieron paso al atribulado Calderón el 1º de diciembre de 2006 para que rindiera una toma de protesta precaria y forzada; a los de blanco y azul correspondería patalear cuanto sea necesario antes de devolver la cortesía y entregar el mando bajo la condición de taparse los unos a los otros.

Astillas

La consulta envenenada: las cúpulas del panismo y el perredismo apoyan la realización en el estado de México de un proceso de preguntas a la ciudadanía para saber qué piensan respecto de ir en alianza para enfrentar al PRI o emprender postulaciones por separado. El problema está en la alta capacidad de manipulación que poseen los poderes concurrentes en ese proceso: el peñanietismo, para impulsar la separación que dé mejores expectativas de triunfo al tricolor, y el calderonismo para tratar de forzar la alianza tan torpedeada. Una definición trascendente corresponderá a Alejandro Encinas, quien ha zigzagueado respecto a su sometimiento a los resultados de esa consulta, pues ha dicho que está claramente en contra de esas alianzas, con lo que ha complacido al segmento lopezobradorista, y en otras ocasiones ha declarado que respetará los resultados, sin precisar si además de respetarlos habrá de asumirlos, es decir, si será candidato de la alianza PAN-PRD, contra la que está personalmente, por mandato de esas urnas tan susceptibles de ser manejadas desde las alturas... ¡Hasta mañana!


lunes, 17 de enero de 2011


El mensaje de la Marina
Abatimiento de la CNDH
Eficacia, por encima de leyes
Populismo festivo JPII


La Secretaría de Marina estaría derribando el mínimo andamiaje de esperanza en la legalidad y el respeto a los derechos humanos que aún queda en los organigramas oficiales si se sostiene en la aplastante postura de ignorar dos recomendaciones de la CNDH que han pedido indemnización y reparación de daños en dos evidentes casos de abuso criminal institucional cometidos en el estado de Morelos durante las operaciones que culminaron con el exterminio del jefe de uno de los discordantes cárteles del narcotráfico, Arturo Beltrán Leyva.

Convertida en el brazo ejecutor digno de la mayor confianza estadunidense y calderonista, la Marina parece estar dispuesta a superar en gravedad la marca de excesos que la tradicional Secretaría de la Defensa Nacional ha alcanzado durante la pesadilla sangrienta que Felipe Calderón ha impuesto al país. Las revelaciones de Wikileaks mostraron incluso valoraciones de diplomáticos gringos que consideraban a la Marina como una corporación efectiva y dispuesta a correr riesgos, bien equipada y sin tanto riesgo de filtraciones, en marcado contraste con la Sedena que aparecería lenta, cautelosa, infiltrada por las propias bandas criminales y bajo mucho más que sospecha dado que sus deficiencias estarían sirviendo al espectro de los narcotraficantes. Pero los procedimientos de los marinos para cumplir órdenes en estos delicados ámbitos han resultado especialmente violatorios de leyes, garantías y derechos de ciudadanos, como si esos grupos de elite tuviesen instrucciones superiores de no detenerse ante minucias jurídicas, concentrado todo el poder de fuego, la capacidad de arrasar, la fuerza desatada, en el cumplimiento de objetivos de guerra cuyo alcance tuviese como consecuencias necesarias, inevitables, e incluso a salvo de castigo, el daño a la población civil.

La negativa de la Marina a aceptar y cumplir las recomendaciones giradas por la siempre cautelosa CNDH es particularmente lesiva para el marco de la convivencia civil guiada por leyes e instituciones si se toma en cuenta que es evidente, irrefutable y socialmente doloroso lo sucedido en los dos casos mencionados, cuando personas sin involucramiento alguno en asuntos del narcotráfico fueron acribillados por miembros de la Marina que actuaban contra el señalado Beltrán Leyva. Una mujer que de madrugada salió de su casa a asistir a su madre en graves problemas de salud acabó muerta (su automóvil tenía más de 60 impactos de bala) porque los marinos la consideraron sospechosa exterminable en el marco de una narcoposada el 11 de diciembre de 2009 en un poblado cercano a Cuernavaca. Ignacio Aguilar Rodríguez, por su parte, recibió 13 de los 53 impactos (entre ellos, dos ojivas) que recibió su automóvil cinco días después, en el contexto de las operaciones de marinos que acabaron con la vida del citado Beltrán Leyva.

Exhibir la inutilidad de la CNDH como lo está haciendo la Marina, al mandar al bote de la basura las recomendaciones sobre dos casos evidentes de graves violaciones a los derechos humanos, equivaldría a decretar la supremacía de las armas y los criterios operativos de exterminio sobre lo que aún quedaba de espejismo legal e institucional. Aceptar el estado de excepción no declarado, tolerar y asumir como naturales y explicables los allanamientos de morada, las agresiones, el secuestro, el asesinato y la barbarie, por presuntas razones bélicas superiores, sería aceptar que ha terminado por imponerse la lógica del control y el gobierno de las armas, con las terribles consecuencias que la historia mundial, y en particular la latinoamericana, nos han enseñado que suceden cuando los ejércitos, y marcadamente la Marina, creen llegado el momento de hacer a un lado la legalidad civil para imponer sus leyes particulares.

Astillas

La política y socialmente maltrecha cúpula de la Iglesia católica mexicana inflará el ánimo festivo que entre segmentos de la feligresía causará la beatificación de Juan Pablo II, el mediático Papa cuyo saldo histórico ha sido afectado entre otros hechos por la protección y afinidad que mantuvo con Marcial Maciel, el fundador de los legionarios de Cristo. El cardenal Norberto Rivera anunció ayer en la Catedral Metropolitana su intención de organizar una especie de Wojtyla Fest para celebrar la mencionada beatificación pero, con un aire más de campañas políticas que de ceremoniales religiosos, ha convocado al pueblo a hacer propuestas para que haya una mayor participación colectiva en los magnos festejos. Que la gente decida, es la invitación demagógica de los jefes de una institución que históricamente se ha manejado entre secretos e imposiciones verticales pero que ahora se pone populista, justo cuando su imagen más ajada está a causa de los pleitos de Juan Sandoval, de la opción preferencial por los ricos del mismo cardenal jalisciense, del mundano y oficialista Norberto Rivera y del indiciado Onésimo Cepeda y de la caída del imperio pretencioso, clasista e inmoral de los legionarios de Maciel. Pero, ¡México, siempre fiel!...

López Obrador cree posible ganar la candidatura única de la izquierda a partir de los seguidores que le apoyan a lo largo de sus imparables giras, mientras Ebrard apuesta a la recolección de gubernaturas de priísmo reciclado ganadas mediante alianzas (Sinaloa, Puebla, Oaxaca) o en contiendas directas de las siglas alquiladas del PRD, como en Guerrero, donde los odios de las facciones priístas en pugna (primo Añorve contra primo Aguirre) están creando condiciones de violencia política que podrían afectar el resultado electoral y servir de exploración y antecedente para las explosiones previsibles de 2012...

Y, mientras se ha cumplido un mes del asesinato de Marisela Escobedo, y entre el militante recuerdo colectivo destaca la misa oficiada por el obispo de Saltillo, Raúl Vera, en la ciudad de Chihuahua, ¡hasta mañana, conla estructura de control del PRD diseñando consultas que resuelvan que las bases sí desean alianza con el PAN en el Edomex!


viernes, 14 de enero de 2011


Violencia política temprana
Moreira, bravucón
Estética Edomex
Caldero grande

Todo es violencia política ya, en el temprano arranque de la guerra, perdón, de la lucha por la sucesión presidencial de 2012. Las frases, el tono, el contexto e incluso ciertos encuentros físicos dan cuenta del creciente grado de rispidez de las relaciones entre instituciones y personajes políticos. Presagios preocupantes, pues pareciera estarse desarrollando un libreto de crispación que dañará y condicionará los resultados electorales del año venidero e inclusive podría llegar a obstruirlos o impedir su realización.

El bravucón estelar es Humberto Moreira, el representante del cártel de los gobernadores priístas que apenas ha sido declarado presidente electo del partido tricolor y ya ha comenzado a disparar oratoriamente contra los panistas, en lances que sin duda deben contar con la aprobación de su virtual jefe, el desbordado precandidato Enrique Peña Nieto que finge concordias con el felipismo mientras el mandatario coahuilense con licencia se enzarza en pleitos con los secretarios montoneros del gabinete blanquiazul, entre ellos el propio Javier Lozano, que parece tener al fin una contraparte priísta dispuesta al abuso verbal, la etiquetación negativa, el desdén e incluso la recordación del pasado tricolor del funcionario del trabajo que hoy, en aras de ganar puntos en su nueva adscripción partidista, se ha esmerado en descalificar a su anterior capilla. Otro de los secretarios tocados por el fuego verbal de Moreira es Alonso Lujambio, el atildado subsecretario general de Educación Pública (la titularidad verdadera, es decir, la responsabilidad de ejercer la secretaría, ha sido cedida a la profesora Elba Esther Gordillo, que a título de negocio familiar ha impuesto a su yerno como otro de los subsecretarios, ni más ni menos que el de educación básica).

En el estado de México se vive una violencia contenida. Las poderosas y nada piadosas fuerzas que se han nucleado en torno al proyecto estético de sucesión presidencial están listas para entrar en acción en cuanto tácticamente sea necesario: dinero a ríos, ingeniería electoral probada, manipulación de leyes e instituciones, control y abuso de los medios de comunicación para hacer que el copete toluqueño gane los comicios locales y pase a la siguiente etapa del concurso Señorito México 2012. El mayor peligro para esa primera fase, la de vestido regional, lo constituían las posibles alianzas que PRD y Acción Nacional acordaran. Para conjurar tal amenaza se llegó incluso al magno despropósito de consignar por escrito y firmar el compromiso de los priístas de aprobar alzas impositivas federales en San Lázaro a cambio del desistimiento panista de aliarse con el PRD para enfrentar al candidato del peñanietismo a la sucesión.

Sin embargo, la estrategia nacional de Andrés Manuel López Obrador logró separar en el estado de México lo que la necesidad pragmática parecía haber unido, desviando el curso de los entendimientos entre Chuchos y Felipenses hacia una aparente postulación de un vaso medio lleno o medio vacío, según se quiera ver, llamado Alejandro Encinas, como sustituto de una primera postulación hecha en la persona de Yeidckol Polevsnky. Pero resulta que el aparente triunfo de la selectiva postura de López Obrador está siendo sometido a la presión y torsión de las cúpulas partidistas que se niegan a dar por muerta esa opción unitaria.

Y anoche el vicepresidente nacional del PAN, Gustavo Madero (el presidente real de esa agrupación es el licenciado Calderón), lanzó un llamado al dirigente de lo que ahora se denomina Morena para que reconsidere la posibilidad de las alianzas, con el objetivo de que la negativa persistente de AMLO sirva de testimonio utilizable en propagandas oscuras que lo culpen de hacerle el juego al PRI y a Peña Nieto, en una vuelta más de tuerca que va preparando el terreno para los desenlaces duros, fuertes, violentos, que el cúmulo de intereses densos acumulados en esa entidad, de cara al 2012, alista para salir adelante a como dé lugar.

En lugares como Guerrero, la violencia política ni siquiera proviene de la confrontación de proyectos distintos, cuyos perfiles y propuestas significaran a futuro cambios contundentes. Allí, donde la izquierda social tiene historia, base y arraigo, los estrategas del oportunismo calculador han transformado un pleito casi familiar (Añorve y Aguirre son primos), prácticamente interpriísta, en presunta contienda de fondo. Esos despechos y sentimientos de traición y revancha, incubados en la misma matriz original, la del priísmo que hizo gobernador interino a Aguirre y ahora peleará con todo para sacar adelante a Añorve, generan hechos de violencia como el que por desgracia tiene al borde de la muerte, según los reportes dados a conocer ayer, al representante de la facción priísta, escudada hoy en el perredismo, ante el instituto estatal electoral.

Caldo nacional, caldero grande, de cultivo de problemas graves. El propio Manlio Fabio Beltrones, dotado ante los riesgos institucionales de una sensibilidad ahora rara, casi en extinción, proveniente de la escuela política en la que fue formado, advierte del peligro de que desemboque en crisis social el aumento de precios en curso. Crisis social, no política ni electoral. Irritación colectiva, desahogos violentos, desesperación sin salida es lo que puede ser provocado por el mantenimiento de las linduras macroeconómicas, del despilfarro y la corrupción en el manejo gubernamental, del aumento insensato de tarifas por servicios públicos y el lucro excesivo de empresarios y comerciantes acostumbrados a nunca perder, ni siquiera a dejar de ganar.

Felipe, el ya desmemoriado de su historial guerrero y sangriento, sigue, mientras tanto, metido en otras cruzadas. Por ejemplo, la del negocio de las cédulas de identidad personal para menores de edad, a cuya instauración algunos consejeros del IFE se oponen abiertamente. Y los senadores están preocupados por la
fecha de estreno de su nueva sede, largamente pospuesta. Bendito México. ¡Feliz fin de semana!

jueves, 13 de enero de 2011


¿Cuál guerra?
Se llama lucha: FC
Madres en guardia
Descontón a jueces
  
El comandante Calderón vuelve a las andadas: retoma el expediente desgastado de los Diálogos por la Seguridad para aparentar que escucha, dialoga y está dispuesto a corregir sus errores, en una sesgada respuesta a las voces que exigen poner un alto al baño de sangre y a la descomposición nacional que ha provocado. Diálogos acotados, selectivos, inocuos y propagandísticos mientras, por citar un ejemplo, madres de familia montan guardia a las afueras de la escuela primaria Maclovio Herrera, de Ciudad Juárez, en prevención de los anunciados ataques de extorsionadores que han dado de plazo hasta este sábado para que les sean pagados 13 mil pesos o se atengan a sangrientas consecuencias. Desarmadas y con ayuda policial esporádica, las mujeres cuidan a su leal entender el entorno escolar, sabedoras de que en diciembre pasado fue incendiado un plantel de educación preescolar por no aportar una cuota de cuya imposición las educadoras aseguran nunca haber tenido conocimiento, aunque entre el fuego fue pintada la sentencia condenatoria: Por no pagar. Hasta eso, las madres de la Maclovio Herrera han sido oportunamente emplazadas: este sábado los misteriosos recaudadores pasarán a cobrar la cuota que ya han comenzado a juntar los padres de familia para negociar que no se les haga daño a los pequeños.

Felipe, sin embargo, no solamente dialoga consigo mismo (utilizando público escenográfico para cumplir con el requerimiento de que esas pláticas sean cuando menos entre dos), sino que puede entrar en trances correctivos de alcances insospechados. Ayer, por ejemplo, se despojó de la carga negativa que en lo bélico pudiera haber y prefirió clasificar lo que en el país sucede como una lucha, más que una guerra. Calderón casi pacifista, o moderadamente peleador, casi solamente un luchador social, a pesar de su perfil sexenal históricamente caracterizado por el uso de indumentaria militar holgada, cargado de manera ostentosa hacia el sector castrense como su única base de presunto apoyo, entregado a las ceremonias, el habla y el control de las fuerzas armadas, comandante en jefe, general de cinco estrellas que no las desea mantener como adorno, instalador de uniformes verde olivo en alguno de sus propios hijos, lunar civil en la inmensidad castrense que le rodea en todo desplazamiento, orgulloso instaurador de un régimen que no se cansa de advertir a los ciudadanos de las muertes que acarrearán sus políticas, de desplazar contingentes bélicos por todos lados, de preparar y supervisar acometidas mortíferas y de sostener una fascinación enfermiza en el análisis y recuento de los cárteles y sus pugnas, de los jefes y sus alias, de los caídos y los encarcelados, de la degustación mediática de los presuntos triunfos exterminadores.

Pero el comandante Calderón se revolvió, inconforme, cuando en uno de sus diálogos le dijo Miguel Treviño, director del Consejo Cívico e Institucional de Nuevo León: si ya eligió usted el concepto de guerra para definir lo que estamos viviendo, no puedo imaginar tarea más importante para el comandante supremo que asegurar la unidad de propósito y la coordinación de todas las instancias públicas que participen en ella.

El general en jefe respondió: Yo no he usado y sí le puedo invitar a que, incluso, revise todas mis expresiones públicas y privadas. Usted dice: Usted ya eligió el concepto de guerra. No. Yo no lo elegí. Yo he usado permanentemente el término lucha contra el crimen organizado y lucha por la seguridad pública y lo seguiré usando y haciendo. Pero independientemente del tema denominacional que se quiera dar (haiga sido como haiga sido: traducción memoriosa por cortesía de esta columna interdenominacional), coincido con usted, la legitimidad del Gobierno radica en la medida en que actúe conforme a la ley. Eso sí, diría más delante, que los aplicadores de la ley la apliquen como él considera que deben hacerlo: Yo digo que no todos, quizá ni la mayoría, pero sí hay, llega a haber jueces, que más que jueces, son verificadores de requisitos. Es decir, hacen un check list de todas las cosas que generalmente deben de cumplir: Bueno, aquí le faltó la firma del policía, para afuera. Y algo más: Yo creo que, incluso, no me gusta mucho usar el término garantista, porque creo que no está mal exagerar las garantías. El problema es exagerar las garantías del procesado, digamos, a grado tal que cancele las garantías de las víctimas, y de la sociedad, que es lo que está ocurriendo.

Felipe asido a la tesis peregrina de que va ganando aunque no lo parezca. Felipe solitario que apela a la sociedad para diseñar planes y ofrece como anzuelo financiamiento para proyectos mixtos entre autoridades y ONG. Felipe que en términos prácticos ha dejado de ocupar el sitial fraudulento de presunto presidente de México para convertirse en jefe de campaña panista en busca de continuidad (sangrienta). Felipe que hace como que dialoga consigo mismo para gobernar por sí mismo: Poder ejecutante que maltrata o desdeña al Legislativo y descalifica y acusa al Judicial. Felipe que sabe que está en las últimas, que su tiempo de poder nefasto se acaba, y que por ello está dispuesto a idear nuevas tretas y maquinar pesadillas que le permitan sostenerse, como de alguna manera amagó ayer mismo: Yo tengo prisa en el tema y no quiero dejar las cosas a medias. En la Maclovio Herrera, de Ciudad Juárez, en tanto, madres en guardia esperan la llegada del cobrador sabatino.

Y, mientras en Guerrero la violencia aumenta (como lo demuestra la fuerte agresión contra el representante del PRD en el órgano electoral estatal), en el estado de México el PAN y los Chuchos reabren las puertas de las alianzas (con un Encinas que ahora dice que respetará los términos de una consulta sobre postulaciones perreánicas), y Humberto Moreira tacha a los panistas de cínicos y faltos de hombría para reconocer errores (y responde también, cuando una voz agrega: y culeros), ¡hasta mañana, en esta columna verificadora de requisitos y cumplimientos!


miércoles, 12 de enero de 2011


No más sangre
Protestas y muerte
Marisela y Susana
Quique, a salvo

Pronto se cumplirá el primer mes de la ejecución de Marisela Escobedo, la madre que armada de su puro valor personal indagó y presionó para que fuera castigado el asesino de su hija, y ya ayer se conoció el caso de otra mujer en lucha contra injusticias que ha sido desprovista de vida, Susana Chávez, activa denunciante de crímenes de género cometidos en Ciudad Juárez y de otros abusos practicados por diversas vertientes de los poderes que rigen el curso de sociedades como la de Chihuahua.

Caída el pasado 16 de diciembre frente al palacio estatal de gobierno, en la ciudad capital, Marisela no cerró con su propia sangre el ciclo de desgracia decretado en su contra por intocables o inalcanzables delincuentes no oficiales –en apariencia, según todos los datos publicados hasta ahora, un miembro de tropa de uno de los cárteles en pugna en aquella región–, pues el resto de su familia y su cercanía afectiva han sido atacados por manos presuntamente relacionadas con el narcotráfico para no dejar en pie ningún ánimo de denuncia o combatividad a cuenta del crimen original, el realizado contra la joven Rubí, o de la pasividad y posible complicidad de funcionarios chihuahuenses y federales para mantener el caso impune. La irritación nacional causada por el asesinato de Marisela, el inmediato ataque a una maderería propiedad de su compañero sentimental y el homicidio de un hermano de éste, además de las amenazas a los hijos sobrevivientes, que luego pedirían asilo en Estados Unidos, duró apenas unas 72 horas antes de ser desplazada por el espectáculo de transmisión en vivo que protagonizó Diego Fernández de Cevallos a título de su reaparición pública.

Ahora, justamente cuando va prendiendo (mediante una campaña impulsada por los maestros Eduardo del Río, Rius, y Julio Scherer García) una primera forma de masiva protesta pública contra el baño de sangre a que el calderonismo ha sometido a la nación, se conoce del homicidio de alguien que no había optado por la denuncia y la manifestación públicas solamente en función de agravios directos (el asesinato de hijos, por ejemplo) sino en cumplimiento de una visión y un compromiso más amplios, relacionados con la búsqueda de justicia social (no solamente individual) y con plena conciencia de que los males del país tienen una razón estructural que debe combatirse mediante acciones políticas. Susana Chávez defendía a las mujeres en general y denunciaba y exigía justicia en particular en los casos Las Muertas de Juárez. Ella, Susana, a quien algunos atribuyen la creación o el lanzamiento de la frase Ni una muerta más, es hoy un agregado numérico a la nómina de la vergüenza institucional: fue torturada y asesinada, con el detalle macabro del cercenamiento de su mano izquierda.

Los casos de Marisela y Susana tienen contextos que se complementan: en el de la madre de la asesinada Rubí asoman claramente los rasgos de la impunidad retadora del narcotráfico y de la manipulación y compra de los sistemas institucionales de procuración e impartición de justicia, a tal grado que hoy el aparato gubernamental pretende condenar a jueces, ministerios públicos y policías con propósitos escenográficos y temporales, concebidos para acallar críticas y enfilar luego el expediente al cementerio del olvido. Los presuntos asesinos de Susana, en cambio, son tres menores de edad, adolescentes homicidas que constituyen una muestra del saldo terrible que dejan las décadas de injusticia social que ahora estallan por las vías de los crímenes aparentemente incomprensibles, las consecuencias monstruosas de un sistema político y económico que ha empujado a parte de su población a la comisión de crímenes como revancha, negocio, u ocurrencia circunstancial.

En el fondo, se está frente a expresiones de la gran descomposición nacional pero, particularmente, del proceso de control social mediante el miedo. Armine Arjona, amiga de Susana, dijo, según reporta en http://bit.ly/g3AisT El Diario de Ciudad Juárez: Ha habido una especie de persecución en contra de quien levante la voz, por eso en las últimas marchas las mujeres han llevado el rostro cubierto, porque hay un temor real, hay una persecución a lo mejor sutilmente disfrazada, pero sí está habiendo una persecución contra el activismo social y una prueba es el crimen de Marisela tan reciente y el asesinato de Susana.

En otro extremo del país, el sacerdote católico Alejandro Solalinde, quien ha levantado la voz y ha actuado en defensa de los migrantes centroamericanos rumbo al norte, y que por ello está en la mira de los delincuentes que se mueven de acuerdo con funcionarios regionales, ha demandado que Genaro García Luna, el secretario federal de Seguridad Pública, defina de qué lado está, si con Los Zetas o con los migrantes, pues según el religioso esa instancia nacional no ha hecho nada mientras se multiplican los secuestros de esos viajeros sin documentación legal.

Sin riesgo, en cambio, ha quedado Enrique Peña Nieto, luego que los representantes de estados bajo gobierno priísta, más los de Guerrero y Michoacán (según información de Notimex) impidieron ayer que el Sistema Nacional para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres formara una comisión investigadora respecto a las agresiones y asesinatos contra mujeres en el estado de México, que estiman han llegado a 900 en los cinco años recientes.

Pero, hoy, protestar y disentir ya es también causa de muerte violenta cuyos autores se confunden en el miasma calderónico en que conviven los delincuentes formalmente así identificados, los miembros de cárteles, los sicarios, y los agentes gubernamentales armados que actúan sin fundamento legal y a partir de llamadas anónimas, presuntas o reales, más los segmentos sociales putrefactos frente a los cuales no hay proyecto de rehabilitación ni salvación posible conforme a los lineamientos actuales de ejercicio del poder público. Y, mientras mueren 11 personas en el penal de Gómez Balazos, Durango, ¡hasta mañana, insistiendo en que no más sangre, ya basta de sangre!

martes, 11 de enero de 2011


¡Bravo, Yunque!
Anemia electoral felipista
Guerrero y Nayarit
Millonadas precautorias

 
Dada su incapacidad para generar figuras atractivas en términos electorales, el felipismo promovió el año pasado las alianzas antiéticas de PAN y PRD como forma de aparentar que concursaba con propuestas propias, aunque la realidad ha demostrado que esos artilugios desesperados solamente sirvieron para encumbrar a facciones priístas y para sostener el estilo tricolor de gobierno (un ejemplo extremo se ha vivido en Sinaloa, donde Mario López Valdez, Malova, ha entregado carteras importantes a hijos de los ex gobernadores Francisco Labastida y Juan S. Millán, mientras en Oaxaca no se asignaron cargos a familiares de los ex mandatarios conversos a la oposición, pero sí a sus representantes políticos). A la vista de su origen conceptual y de sus resultados prácticos, las alianzas PAN-PRD constituyeron la máxima confesión del calderonismo de su anemia política, de su esterilidad en cuanto a producción de cuadros con viabilidad electoral y de su tendencia más a la perversión de los procesos políticos que a la elevación de la competencia por las responsabilidades públicas.
 
En el estado de México el panismo-calderonismo tampoco ha tenido precandidatos con fuerza tal como para enfrentar con visos de éxito a la maquinaria puesta al servicio de las aspiraciones presidenciales de Enrique Peña Nieto. La única esperanza de presentar combate decoroso fue puesta nuevamente en las alianzas perreánicas diseñadas en Los Pinos y aprobadas y operadas en el flanco izquierdista por Jesús Ortega, Marcelo Ebrard y Manuel Camacho. Mas la tozuda oposición de Andrés Manuel López Obrador descarrilló ese proyecto y obligó a la cúpula nacional aliancista (JoMeMac) a retomar sendero propio con una candidatura sometida de antemano a enigmas de índole judicial electoral, como es la de Alejandro Encinas.

Pero la vacuidad electoral del felipismo está siendo aprovechada por El Yunque, lo que añade grados de peligrosidad al último tramo de administración federal que Calderón ha decidido supeditar a lo comicial, en un lance desesperado que busca retener el poder a costa de lo que sea, haiga de ser como haiga de ser. El asomo del jefe ultraderechista Luis Felipe Bravo Mena como esbozo de aspirante salvífico a la candidatura panista al gobierno del estado de México es una concesión más del declinante aparato felipista al empuje de una fuerza clandestina que ha ido avanzando en los pasados meses en una especie de toma pública de posiciones de combate, no sólo contra sus naturales adversarios políticos e ideológicos (el diabólico izquierdismo y el pecaminoso priísmo), sino incluso contra las desviaciones, debilidades y malos augurios que caracterizan al felipismo y que ponen en riesgo la continuidad de la derecha en el poder.

Por lo pronto, la aparición de Bravo Mena en el radar del estado de México angosta aún más el camino de las posibles alianzas con una izquierda que se ha aglutinado alrededor de Encinas. Polos extremos que sólo anulándose podrían dar paso a una tercera opción negociada. O amago yunquista en espera de que una resolución judicial tumbe la opción de Encinas y entonces revivan las intenciones aliancistas, retirando al extremoso Luis Felipe y dejando el escenario a disposición de nuevas cartas neutras.

Astillas

Ni para dónde hacerse: en Guerrero, la propuesta de la izquierda es el ex priísta Ángel Aguirre Rivero que, como en Puebla, Sinaloa y Oaxaca, no es más que el representante de un bando tricolor desplazado de las opciones electorales en su partido y refugiado en el oportunismo galopante de los mercaderes de siglas... La violencia recientemente agudizada en Guerrero, sin embargo, es un signo preocupante aun para esa acotada posibilidad de cambio, pues crea un ambiente de zozobra que ahuyenta a quienes estuviesen dispuestos a votar contra el retorno del figueroísmo armado. Por cierto, Zeferino Torreblanca es otro ejemplo depurado del fracaso de las propuestas electorales descafeinadas. El todavía gobernador de Guerrero destrozó al PRD, gobernó como panista y probablemente acabe devolviendo el cargo al PRI... En Nayarit, Guadalupe Acosta Naranjo, síntesis refinada de los ingredientes conocidos genéricamente como chuchismo, pelea la postulación perredista a la gubernatura con Martha Elena García, actual diputada federal por el sol azteca a la que destapó en agosto del año pasado su esposo, el hombre rico de la entidad, Antonio Echevarría Domínguez, quien fue gobernador del estado mediante alianzas a las que dejó de lado para decantarse por el panismo... Debido a que a México le está yendo requete bien en términos macroeconómicos (Entre otros grandísimos logros: fundamentos económicos muy firmes, un sólido marco de política económica, avances importantes en el fortalecimiento de los balances de los sectores público y privado, reforzamiento de la capacidad de resistencia del sector financiero, condiciones económicas ordenadas, recuperación cíclica vigorosa... Uf, cuánta chulada) el Fondo Monetario Internacional ha puesto a disposición del calderonismo un acuerdo por dos años para que en caso de darse algún problemilla pueda usar un crédito por 72 mil millones de dólares. Los Pinos agradeció el gesto, consideró precautorio ese acuerdo y dijo que no piensa utilizar tales fondos disponibles en el último tramo felipesco, justamente en el de las muchas necesidades electorales... Los Pinos está en posición de combate contra la CNDH porque este órgano ha dado a conocer cifras de escándalo respecto a migrantes del sur secuestrados y agredidos durante su paso por México rumbo al norte, como si el asunto fuera grave sólo por cuestiones aritméticas. Por lo pronto, fiel al mejor estilo policiaco de acomodo a las necesidades de los superiores, ya aparecieron presuntos responsables de delitos cometidos en Oaxaca. S’ornes, jefe... Y, mientras se multiplica el uso gráfico de las demandas No más sangre y Ya basta de sangre, ¡hasta mañana, en esta columna que escucha a Peña Nieto proponer que las elecciones se las dejen a los partidos!